Una publicación de la médico pediatra y neumólogo infantil Julia Isabel Martínez recordó la importancia de desparasitar a los niños una o dos veces al año.
“No todo acceso de tos nocturno obedece a causas alérgicas o infecciosas”, indicó.
“Esta es una historia real entre los ‘pichus’ (como llama a los pacientes) que asisten a mi consulta, cuando estando bajo tratamiento para proceso respiratorio en vías aéreas superiores, y luego de consumir golosinas, chupetas, refrescos, dulces y más, presenta acceso de tos que desencadenó vómito a medianoche, logrando expulsar estos parásitos”, señaló.
En el video que publicó se puede ver el parásito en movimiento en un recipiente con agua.
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La importancia de desparasitar
Martínez indicó que hay que prevenir este tipo de situaciones: consumo de agua potable o hervida, lavado efectivo de manos, higiene al preparar los alimentos, no dar golosinas y dulces en exceso, controlar su ingesta, y disminuir su consumo al máximo en niños alérgicos, sobre todo en las noches.
Algunos de los comentarios de su publicación hacían alusión al hecho de desparasitar y que en otros países, como Estados Unidos, no se realiza o no es algo que sea prioritario. “Es porque la mayoría de los parásitos son comunes en áreas tropicales y ese no es el caso de Estados Unidos y otras más”, indicó la doctora Gabriela Castro.
Adriana Quintero Núñez, ginecólogo obstetra egresada de la Universidad Central de Venezuela, señaló en las publicaciones que la recomendación de la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría es desparasitar a los niños en edad preescolar dos veces al año.
Martínez indicó asimismo que no recomienda productos naturales para desparasitar. “Pueden ser peligrosos”, alertó.
Sin embargo, algunos seguidores insistieron en el uso de zanahoria con ajo, la auyama, el jugo de lechosa, la leche tibia y el aceite de coco, entre otros para desparasitar.
Otra seguidora advirtió que desparasitar es “justo y necesario”, pero “debe hacerse con mucha precaución”. Dijo que “en las farmacias existen desparasitantes que después de tomar alborotan las lombrices y estas tienden a huir y subir tratando de escapar pueden obstruir las vías respiratorias o con suerte serán expulsadas por la boca”.
Recomendó consultar a un médico.
“Siempre de la mano de su pediatra”, agregó Martínez.