Everest Avalancha
Imagen: Archivo

Hace 10 años, una avalancha en el Everest se cobró la vida de 16 guías de montaña nepalíes. El hecho puso en relieve los peligros a los que se enfrentan los sherpas que acompañan a ricos alpinistas extranjeros.

Sin el trabajo de estos guías (esencial para trazar rutas de escalada, asegurar cuerdas, reparar escaleras y transportar equipos pesados en altitud), pocos alpinistas podrían alcanzar el pico más alto del mundo.

El 18 de abril de 2014, un alud sepultó a un grupo de guías que transportaban equipo pesado por la peligrosa Cascada de Hielo del Khumbu.

La fuerza de la avalancha disparó a Dawa Tashi unos 10 metros más abajo, hiriéndole en la caja torácica, en el omóplato izquierdo y en la nariz.

Este hombre, que entonces tenía 22 años, recuerda bien a sus compañeros que perecieron. Los cuerpos de tres de ellos nunca fueron encontrados.

«Tuve suerte de haber sobrevivido», dice a la AFP. «En el hospital, cada vez que intentaba dormir, veía sus rostros».

Everest Avalancha
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Punto de inflexión

«Fue muy difícil», recuerda Nima Doma Sherpa, que perdió a su marido Tsering Onchu, de 33 años, en la avalancha.

«¿Qué haces cuando el principal pilar de tu hogar desaparece? Los niños eran pequeños y me preguntaba cómo podría educarlos y mantenernos».

Tras la catástrofe, el gobierno nepalí, que obtiene importantes ingresos de la lucrativa industria del montañismo en el Himalaya, solo ofreció a las familias de las víctimas el equivalente a 400 dólares para gastos funerarios.

Esta oferta fue rechazada por las familias, que, indignadas, lanzaron un movimiento de protesta sin precedentes para exigir a las autoridades mejores indemnizaciones en caso de muerte o lesiones en las montañas.

La tragedia «fue un punto de inflexión para los jóvenes sherpas», afirma Sumit Joshi, de la compañía Himalayan Ascent, que perdió a tres guías en aquella avalancha.

Desde entonces, sus equipos dejaron de realizar ascensiones en la fecha del aniversario.

Everest: mejoras insuficientes

«10 años después, se nota una mejora en las condiciones laborales y en el respeto que inspiran» los sherpas, afirma este organizador de expediciones.

Antes, muchos de los sherpas dependían de la caridad de los turistas, pese a que desempeñan un papel fundamental en el éxito de esta industria multimillonaria.

En la última temporada, en 2023, el gobierno nepalí ingresó más de 5 millones de dólares solo por los derechos de acceso al Everest.

En 2014, los manifestantes reclamaban principalmente mejores prestaciones del seguro de vida y la creación de un fondo de ayuda.

«Defendíamos los intereses de los montañistas nepalíes, asegurándonos de que recibieran el mayor número posible de prestaciones», explica Ang Tshering Sherpa, que dirigía entonces la Asociación de Montañistas Nepalíes.

El monto pagado por las compañías de seguros aumentó 50%, hasta 1,5 millones de rupias nepalesas (11.250 dólares) en caso de fallecimiento en la montaña.

Además, ahora se permite a los helicópteros llevar suministros a los campamentos más altos y las condiciones de vida de los guías de las grandes empresas han mejorado.

Pero para el guía Mingma G Sherpa, estos avances siguen siendo insuficientes.

Muchos sherpas abandonaron la zona del Everest

Los peligros de la montaña son tales que muchos guías han abandonado la zona.

«El número de sherpas ha disminuido considerablemente. Hoy son las empresas las que tienen que salir a buscar a los sherpas», afirma Mingma G Sherpa.

Dawa Tashi, sobreviviente de la avalancha de 2014, volvió al Everest en 2021.

Este hombre que empezó a hacer senderismo a los 11 años sigue acompañando a turistas y se prepara para acompañar a seis estadounidenses a la cumbre del Mera (6.461 metros).

«Hubo mejoras tras la catástrofe, pero no son suficientes», asegura.

Menciona los 11.000 dólares que cada extranjero tiene que pagar al gobierno para subir al Everest. «Los clientes estarían encantados de pagar esta suma sabiendo que se utilizará» para su equipo, opina, y pide «al gobierno que cree un fondo de protección» para los trabajadores de la montaña.


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