Una clínica, dedicada a los tratamientos de fertilidad en España, sugirió que la posibilidad que una pareja homosexual tenga hijos con información genética de ambos estaba cerca. Tomando células normales, se podrían reprogramar y crear un espermatozoide y un óvulo que, una vez fecundado, se debería implantar en el útero de una mujer. La técnica servirá igualmente para parejas heterosexuales que no pudiesen producir de forma natural sus propios óvulos y espermatozoides.
El investigador japonés Shinya Yamanaka demostró que cuatro genes son suficientes para que las células de un adulto vuelvan a un estado similar al embrionario y recupere así la capacidad de convertirse después en cualquier tipo de tejido, así informó El País.
Una de las aplicaciones teóricas de la reprogramación celular es transformar una célula de piel en un óvulo. En 2018, un equipo liderado por Qi Zhou, de la Academia China de Ciencias, logró que la creación de espermatozoides de células de mamíferos hembra no falle. Consiguieron producir 29 crías a partir de 210 embriones. Con machos fracasó la prueba fracaso.
Carlos Simón, director científico de Igenomix, informó que “Implantar una célula de la que va a depender la creación de un ser humano es complicado”. Explicó que la combinación de genes es compleja. “Los cuatro genes que le servían a Yamanaka para crear células indiferenciadas no nos sirve para crear células primordiales”.
Simón señaló que para demostrar que el proceso funciona en humanos como en ratones es necesario crear y destruir embriones, algo que se puede hacer en países como Estados Unidos o Inglaterra, pero no en España.
Juan Antonio García Velasco, director médico del Instituto Valenciano de Infertilidad en Madrid, consideró que este enfoque lejano, reconoce que “muchas cosas que nos parecían ciencia ficción hoy no llaman la atención”. El uso de la reprogramación celular para producir óvulos podría servir para evitar problemas de infertilidad en mujeres más allá de los 40 años.
Con información de El País