Latinoamérica, también conocida como “la tierra de los gigantes dormidos” para el mercado de apuestas y casino en línea, es una región con un gran potencial para la industria del iGaming por las proyecciones a futuro del crecimiento económico del sector.

El estado regulatorio de este tipo de actividades varía de país en país. En algunos países, como Paraguay y Perú, existen regulaciones para los casinos en físico, pero no aún para el juego en línea. Y en el caso de Bolivia, el juego de azar presencial está estrictamente prohibido, pero no existe ningún tipo de regulación para las apuestas en línea, por lo que el tema de la legalidad es ambiguo.

También hay países de la región que avanzan cada vez más hacia la legalización de este tipo de actividades.

Países en vías de legalizar el juego de azar en línea

En esa lista se encuentran países como México, Brasil y Chile, de los cuales es este último es el que se encuentra más cerca de una regulación clara.

Según Stefania Durango, editora y responsable web del sitio web comparador de casinos www.misonlinecasinos.com/cl, “los esfuerzos del Ministerio de Hacienda por aprobar e implementar un proyecto de ley para regular las actividades de los casinos y casas de apuestas en línea no solo protegen a los jugadores más vulnerables y propensos a adicciones. También protege a jugadores principiantes de caer en estafas”.

En el caso de México, si bien no hay una regulación clara aún para las apuestas en deportes de fantasía, el resto de las formas de juego de azar en línea están reguladas explícitamente.

Si se habla de Brasil, se encuentran en el mismo estatus que Chile. En el país carioca, se introdujo una ley para legalizar el sector de las apuestas deportivas. Empero, la implementación del esquema sigue en el papel y aún no se ha implementado.

¿En qué queda Venezuela con respeto a los casinos?

Venezuela pasó de prohibir los casinos presenciales y el juego en línea, a abrir de nuevo las puertas para este tipo de establecimientos en 2021. Aunque el Gobierno aún se muestra conservador ante este tipo de actividades, no pudo resistirse a abrir la economía. De esta manera, hizo entrega de concesiones para la apertura de casinos luego de una prohibición de 10 años.

El mercado de casinos y apuestas en línea no está regulado –con la excepción de unas pocos sitios de apuestas que tienen domicilio en el país–; tampoco está penalizado por la ley, por lo que los jugadores pueden jugar sin repercusiones. Todo esto, con la excepción de que no obtienen ningún tipo de protección de ningún tipo de organismo gubernamental.

Tal vez en un futuro no muy lejano, el país esté preparado para una regulación que le abra las puertas a casas de apuestas internacionales de la talla de Betsson y Bet365.


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