Si los polos magnéticos se desplazaran, todo en el planeta tierra podría cambiar, hasta la dirección de las brújulas que siempre apuntan hacia el norte.

El hierro y el níquel componen el núcleo terrestre, estos metales se comportan como si estuviesen en estado líquido debido a la alta presión y temperatura. Además, fluyen en diferentes direcciones: ascendente y descendente.

Estos movimientos se denominan como “movimientos de convección” y producen corrientes eléctricas que inducen un campo magnético conformado por el de la tierra.

Según un estudio publicado por científicos chinos, los polos magnéticos podrían revertirse en un período más corto del que se cree; mientras geofísicos sostenían que este fenómeno solo podría producirse lentamente y a lo largo de cientos de años.

El estudio publicado por los asiáticos arroja que el último desplazamiento de los polos ocurrió en un lapso de solo 144 años, empezando en la Edad de Hielo. Es decir, 30 veces más rápido de lo calculado.

Con información de El Nuevo Día.


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