Parece que después de todo sí podría haber vida en la Luna: seres indestructibles que pueden aguantar radiaciones extremas.

También soportarían calor abrasador, las temperaturas más frías del universo y décadas sin comida.

Estas criaturas, que suenan aterradoras, no son extraterrestres. Son terrícolas microscópicos conocidos como tardígrados, que probablemente sobrevivieron a un aterrizaje forzoso en la superficie lunar de la sonda Beresheet de Israel en abril, informó el martes la organización responsable de su viaje.

Según un análisis de la trayectoria de la nave espacial y la composición del dispositivo en el que se almacenaron los microanimales, es posible la supervivencia de estos seres.

«Creemos que las posibilidades de supervivencia para los tardígrados son extremadamente altas», dijo Nova Spivack, creador de la Fundación Arch Mission.

La organización sin fines de lucro se dedica a difundir copias de seguridad del conocimiento humano y la biología de la Tierra en el sistema solar, que compara con la creación de una enciclopedia galáctica como un regalo para el futuro.

«Los tardígrados son ideales para incluirlos porque son microscópicos, multicelulares y una de las formas de vida más duraderas de la Tierra», señaló.

Añadió que estas criaturas diminutas, que miden menos de un milímetro, fueron deshidratadas para ponerlas en animación suspendida.

«Después fueron encerradas en un epóxico de ámbar artificial, lo que debería hacerlas revivibles en el futuro».

Los tardígrados fueron almacenados en una biblioteca lunar. Esa biblioteca es un dispositivo de nanotecnología que se parece a un DVD y contiene 30 millones de páginas de archivos de historia humana.

Spivack confía en que el dispositivo también sobrevivió al impacto. Pero no es el primer código genético o forma de vida que se deja en el cuerpo celeste estéril.

Durante los aterrizajes lunares del Apolo entre 1969 y 1972, los astronautas estadounidenses dejaron el ADN y los microbios contenidos en casi 100 bolsas de heces y orina.

Sin misión de rescate 

Conocidos, asimismo, como osos de agua o lechones de musgo, los tardígrados pueden vivir en el agua o en la tierra. Son capaces de sobrevivir a temperaturas tan elevadas como 150 grados Celsius y tan bajas como -272 grados Celsius, aunque solo durante unos minutos.

Los animales de ocho patas, parecidos a un gusano, pueden estar secos en una cáscara sin vida durante décadas y soportar una presión cercana a cero en el espacio exterior.

Pueden sobrevivir, a su vez, a las profundidades aplastantes de la Fosa de las Marianas y niveles de radiación mil veces mayores de los que resultan letales para los humanos.

Si no se quemaron en una explosión, teóricamente pueden sobrevivir a la poca presión de la superficie lunar y a las temperaturas extremas.

 


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