Dr. Anselmo Palacios Torres, internista y endocrinólogo integral venezolano, con entrenamiento a largo plazo en Andrología.

Los avances, estudios y posibles experimentos en humanos que validarían el uso de la píldora anticonceptiva masculina podrían, si se agrupan en 2023, llevarían el título de cronología de una verdad tergiversada.

Ante esto, se ha destacado una ola de críticas, sobre todo en el mundo virtual. La irresponsabilidad y la ligereza con la que se ventila información al respecto puede llegar a causar serios daños no solo entre hombres sino, por consecuencia, en sus parejas.

¿Existe?

«La píldora masculina no existe. Esa es la verdad. Si te dicen lo contrario, no ejercen la medicina», aseguró el doctor Anselmo Palacios Torres. Este médico internista y endocrinólogo integral con entrenamiento a largo plazo en Andrología, tiene desde el año 1976 estudiando los problemas de reproducción y de sexualidad en el hombre. Actualmente, colabora con 3 unidades de reproducción asistida en la Clínica el Ávila y en el Centro Médico Docente La Trinidad.

«La pastilla no existe, pero sí hay intentos y experimentaciones para hacerla una realidad», agregó. «Hay equipos de científicos que desarrollaron una píldora que demostró un 99% de efectividad en ratones sin efectos secundarios. A esas tabletas se les llama DMAU y están próximas a iniciar sus ensayos con humanos oficialmente», subrayó.

Palacios indicó que el procedimiento, en teoría, es bastante sencillo. A los ratones se les administra la pastilla por varias semanas durante sus comidas. Un mes o mes y medio después, existe una disminución muy importante de la cantidad de espermatozoides en los animales, logrando que no embaracen a sus parejas.

“Se han hecho algunos pocos experimentos en hombres, pero sin el éxito esperado”

Antecedentes

Se sabe que cada vez hay más interés por el anticonceptivo hormonal masculino. También, que la investigación más popular hasta el momento con un fármaco de este tipo, de 2016, hizo que decenas de hombres sintiesen depresión, sufrieran daños en el hígado, aumento del acné y alteraciones de libido solo en las fases iniciales de desarrollo. Aunque la investigación no se detuvo por eso, como se insinuó en redes sociales, sino porque la prueba había dejado de ser segurauno de los participantes se suicidó y otro vio arruinada para siempre su función espermética. Unos resultados que anticipaban un difícil futuro para este producto. De ahí se llegó a la investigación de DMAU, cuya autora principal es la doctora Stephanie Page, una endocrina de la Escuela de Medicina de Washington.

Sin embargo, el doctor Palacios se remonta a la década de los años 70, poco tiempo después de que la píldora anticonceptiva femenina se legalizara a nivel mundial en 1960.

«Para llegar a la píldora se debe hablar primero de la inyección. Te hablo de mi experiencia que data del año 76», señaló. «Me estaba educando en Los Ángeles, California, y fui incorporado en un programa de anticoncepción masculina que se estaba realizando en 4 o 5 centros norteamericanos para desarrollar el método por testosterona. Esta hormona se inyectaba una vez a la semana a un grupo de hombres, y a otro cada 15 días, durante un año. Fueron 39 los voluntarios, quienes ya habían tenido hijos. Después de un par de meses, se empezó a ver que los espermatozoides fueron desapareciendo en un 90% en la mayoría de los casos, todo gracias al Enantato de testosterona», describió.

Pero el hombre sigue siendo muy renuente a recibir inyecciones u otro procedimiento que se use para la anticoncepción. Por eso, según el doctor, nace el interés por la creación de la pastilla, algo que, enfatiza no venden ni en el mercado negro.

«La píldora masculina no existe. Esa es la verdad. Si te dicen lo contrario, no ejercen la medicina», dicel Anselmo Palacios

Tipos de anticonceptivos masculinos

Según el doctor Palacios, aparte de las hormonas inyectadas o tomadas, se han utilizado los espermicidas, es decir, aquellas sustancias en cremas o en forma de espuma que se utilizan vaginalmente. «Aclaro, esto no desaparece los espermatozoides por completo, pero contribuye a eliminarnos después de un coito natural con eyaculación directa en la vagina».

Agregó, que no tiene efectos colaterales, aunque, estéticamente, sean incómodos. «Eso tiende a no gustar entre hombres y mujeres», rescató.

Informó que han existido otras tabletas que son usadas en psiquiatría y que han sido recetadas, pero no es lo recomendado. «Las píldoras que mejoran síntomas psiquiátricos como la depresión producen ausencia de eyaculación. Y al no haberla, actúa como método anticonceptivo. Es un efecto colateral importante que ha hecho que no sea práctico ni tampoco ético recomendarlas como tratamiento para que un hombre pueda disminuir su fertilidad», aseveró.

Ingredientes y efectos secundarios

¿Qué debería contener una pastilla en caso de existir? «Lo más importante: la testosterona. La clásica hormona sexual que los hombres segregan en los testículos, unida a una progesterona que es la hormona clásica femenina, producida por los ovarios. Eso complementa el efecto de la masculina para potenciar la reducción de los espermatozoides», describió.

De los efectos de las pastillas se sabe muy poco. «Pero si nos enfocamos en la de la testosterona, suele ganarse mucho peso, suben los glóbulos rojos, la piel suele volverse más grasosa, aparece acné en áreas como la espalda, además del rostro. Así mismo, algunos compuestos podrían lesionar el hígado», enumeró. «Puede haber efectos sobre los mismos testículos, el corazón, aumentar los niveles del colesterol malo, algunos pueden ser procoagulantes, es decir, inducen la formación de trombos en las piernas, crecimiento de la próstata y pueden subir la hemoglobina», agregó.

Añadió que la progesterona, a pesar de encontrarse en dosis tan pequeñas, puede disminuir la libido o el deseo sexual.

Mitos acerca de la píldora anticonceptiva masculina

Para el médico existen 3:

  1. Al hombre no le gusta asumir la responsabilidad de controlar la fertilidad. «Existe un cierto grado de sexismo sistémico. Ven a la mujer como la encargada de cuidar esa parte de la relación».
  2. Temor por los efectos colaterales, sobre todo por la pérdida de la libido. Sienten que puede ser algo permanente.
  3. La irreversibilidad. «Esto, muy por el contrario, es falso porque en un período de al menos 2 meses usando un método de la inyección, por ejemplo, reaparecen los espermatozoides en los testículos masculinos», señaló.

Para garantizar la seguridad en su utilización, no obstante, existen algunos exámenes que los hombres deben tomar en cuenta antes. «Es como cualquier otro medicamento; son hormonas. Y si no son hormonas, son químicos, y debemos hacer nuestros exámenes rutinarios. Deben ir al internista, endocrino, urólogo para hacer sus chequeos generales completos y de próstata», recetó el experto.

Un cambio cultural que debe asumirse

Sobre si lo único que funciona realmente como anticonceptivo masculino es la vasectomía y el condón, dice que en lo absoluto. «Hay opciones radicales que no son reversibles como la primera. Esto no es un escenario ideal para cualquier hombre que no esté convencido de si, más adelante en su vida, querrá procrear», señaló. «El condón no gusta entre la mayoría de las parejas. Es la realidad, aunque muchos no quieran admitirlo».

En lo particular, Palacios cree que se conseguirá vender una píldora anticonceptiva masculina en el mercado, pero aún falta mucho tiempo para ver resultados positivos en una forma práctica.

«Hay que tener en cuenta que no la podrá tampoco tomar todo el mundo. Ese es un problema. Quienes apoyen la producción de estas tabletas tienen que decírselo al público. Así como con el viagra. Además, debe garantizar la reversibilidad. Es lo justo», destacó.

“Debe hacerse un control muy estricto. Uno certero que no atente contra la salud de quien use el método”

Píldora anticonceptiva masculina: mucho por hacer

Palacios considera que aún falta mucho por hacer. «En base a mis investigaciones y experimentos, sobre todo los hechos fuera del país, puedo dar fe de que el latino no es proclive a actuar como rata de laboratorio o conejillo de indias; eso es algo que nos resta tiempo. Debemos empezar a crear confianza, desde los académicos, expertos e investigadores, hasta los hospitales, clínicas y gobiernos», advirtió.

«En Venezuela, por ejemplo, estamos susceptibles a recibir ayuda en términos de control de la fertilidad. ‘Eso es de la mujer’, repiten los caballeros. Pero nada es imposible», aseguró. «Creo que, con buena educación, motivación, confianza en lo que dicen los médicos y un salto de fe en el proceso, se puede llegar lejos. Yo se la tengo a los métodos como médico, pero también como hombre», reveló.

Para el endocrinólogo, a pesar de la desinformación que acompaña los estudios de la pastilla anticonceptiva masculina, las investigaciones son un paso hacia un futuro necesario para todos.

«La llegada de este método ha sido muy interesante. Yo como médico lo considero una motivación para seguir aprendiendo en materia de urología. De hecho, si no funciona, hemos aprendido por qué no. Nos ha enseñado cómo el testículo, los espermatozoides y la vida sexual se puede modificar, mejorándola o desmejorándola con este tipo de hormona», manifestó. «La investigación médica, exitosa o no, en términos de resultados sigue siendo muy buena. Todo el aprendizaje es evolutivo siempre», concluyó.


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