Tecnología inalámbrica
Foto EFE

Lo nuevo en la tecnología inalámbrica es una pulsera de silicona que al acercarse a los lectores electrónicos se puede acceder a los eventos o pagar las compras.

El control de acceso y gestión de pagos en eventos constituyen una de las aplicaciones más innovadoras de la tecnología inalámbrica. Este sistema también se utiliza para identificar usuarios y almacenar sus datos mediante ondas electromagnéticas.

La identificación por radiofrecuencia se puede comparar con un código de barras, aunque en lugar de marcas de tinta se utilizan ondas de radio. Esta tecnología también permite agilizar el paso por las autopistas, mediante el telepeaje, pago automático a distancia, y el pago mediante las tarjetas de contacto.

“Este sistema de radiofrecuencia es una de las tecnologías con mayor crecimiento, y cada vez más compañías la usan e implantan”, señala Ismael Herreros, especialista en RFID.

El experto señala que leer a distancia la información de una etiqueta “permite almacenar y recuperar datos de forma remota. Además, se protege con cifrados y contraseñas en tiempo real. Esto simplifica la logística, aumenta la eficiencia de las operaciones y aporta una mayor seguridad”.

Herreros también explica que la tecnología RFID es considerada la nueva mina de oro para almacenar datos, “porque en los últimos tiempos ha disminuido su precio, facilitando su adopción y está en plena ebullición”.

Así funciona

El RFID se compone de un lector o concentrador con antenas conectadas que envían y reciben las señales que este genera y transportan la información.

Este lector emite ondas que sirven de energía para excitar el chip electrónico que contienen las etiquetas, pulseras u otros soportes. «Cuando el chip recibe y se carga de energía con esta onda, evalúa el tipo de mensaje recibido en esta y lo responde”, explica.

Además de identificar de manera inequívoca a cada chip portado por un usuario u objeto como si fuera un documento de identidad unipersonal, este sistema tiene las ventajas de que su información puede cifrarse y también permite hacer lecturas múltiples en milisegundos.

Su potencial

“Tener datos sobre los días y horas en los que cada cliente accedió, los alimentos que compró, las zonas o espacios donde estuvo y los conciertos a los que asistió permite a los organizadores diseñar futuras decisiones y estrategias. También, formular a los patrocinadores propuestas que les garanticen más visibilidad o interacción con los asistentes”, apunta.

Recalca que además el cifrado y la posibilidad de interactuar con la información del chip “hacen que sea un sistema infalible, evitando la reventa de entradas y las falsificaciones”.


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