Arroz
Foto Archivo

Mientras en el país hay marchas, peticiones de mejores salarios, una emergencia humanitaria inocultable en el área de salud y una galopante pobreza, aún queda espacio para el debate de altura sobre una materia que también está pendiente: el renglón alimentario y su vínculo con el cambio climático.

Este miércoles en la Universidad Metropolitana, Carlos Machado Allison, un estudioso de la temática agroalimentaria, miembro del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura y de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales, presentó un análisis que sintetizó así: “Donde hay firmes derechos de propiedad existe seguridad alimentaria, riqueza y procura de soluciones ambientales”. El déficit en el país salta a la vista.

El académico tuvo a cargo la conferencia magistral que dio inicio a las sesiones del Tercer Simposio Venezolano de Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria, que se celebra en la Universidad Metropolitana, y que se extenderá hasta este jueves con la participación de un panel lujoso por su pericia y dedicación a cada uno de los complejos problemas que el foro plantea.

En su intervención, Machado Allison se refirió al escenario de muy reducida producción agroalimentaria que tiene hoy Venezuela y que habla de un fracaso estrepitoso cuando se piensa en la necesidad de asegurar la sobrevivencia humana en el país. El tema, dijo el experto, no ha sido atendido por el gobierno, porque es un asunto que implica una inmensa inversión en un arco que va desde la propiedad misma de la tierra hasta “el uso de una tecnología de vanguardia que no conocemos ni tenemos”.

Machado Allison hizo hincapié en el atraso tecnológico que caracteriza al sistema agroalimentario venezolano. Porque el factor tecnológico involucra capacitación, producción, acceso real de la población a los alimentos (en términos de que pueda conseguirlos y adquirirlos), y siempre, una mirada atenta sobre lo que depara el cambio climático y buscar respuestas adecuadas que le hagan frente.

Otro ponente, el ingeniero Eduardo Buroz, miembro de la Academia Nacional de Ingeniería y el Hábitat, quien ha recibido múltiples reconocimientos por su sólida labor intelectual y docente, indicó que  se debe prestar atención al manejo de los acuíferos y suelos, buscar variedades más resistentes en agricultura y ganadería, mantener las líneas de investigación de las universidades adaptadas a nuestra realidad y empezar a imaginar los sistemas de producción que necesitaremos dentro de 20 años. Todo ello, enfatizó, participando en los planes globales de adaptación frente al cambio climático debido a que se trata de un problema global.

El rector de la Universidad Metropolitana, Benjamín Sharifker, en su intervención recordó que ya muchos países se han volcado al uso de energías alternativas para hacer frente a los excesos que produce el fenómeno climático, y en ese sentido, indicó que Venezuela tiene la responsabilidad de reenfocar la explotación de su riqueza: la hora actual obliga a la reconversión petrolera.

La investigación científica es una inversión en conocimiento que el país podrá aprovechar de múltiples maneras. Debería ser una obligación del Estado incentivarla. Fue el llamado que hizo Ismardo Bonalde, miembro de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales. Dijo que esa inversión es la base del desarrollo del país.


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