auriculares

Algo bastante incómodo, e incluso desagradable, sucede mucho con los auriculares intrauriculares (in-ear, en inglés). El chiste más recurrente es «a ver si nos bañamos», pero la realidad indica que no depende solamente de la higiene y es algo más orgánico.

Y es que los auriculares inalámbricos de este tipo se meten tanto dentro de los oídos que toman contacto con la secreción de los mismos. La famosa cera existe para combatir las infecciones que pueden dañar la piel del interior del canal auditivo, y en segundo lugar, actúa como un escudo entre el mundo exterior y el tímpano. No es algo de ser sucio, como muchos quieren sugerir: está bien que ese cerumen esté ahí.

Podríamos decir que esto es algo medianamente nuevo. Ya que en la época de los auriculares «comunes» obviamente no se veía, pero el hecho de que la cera de los oídos se ponga en contacto con las rejillas cuyos orificios son más micrométricos que milimétricos arman un combo letal: se van tapando gradualmente y no nos damos cuenta.

Se puede ver en auriculares de varias marcas. Más que nada con esos que tienen las rejillitas con agujeritos muy sutiles. De hecho, algunos auriculares tienen una especie de «filtro» que parece hecho de una fibra, como si fuera una tela. Bueno, esos filtros son los peores para capturar cera.

Y cuando los auriculares (o estos pads o «filtritos») son negros, se vuelve peor hacer el diagnóstico.

Lo más curioso es que al ser un tema un tanto desagradable, cuando uno se contacta con el soporte de las marcas para pedir ayuda porque uno de los auriculares suena mas bajo, te dan mil opciones, pero nunca te dicen “tienes que limpiarlos”, que debería ser una de las primeras cosas por hacer.

Cómo limpiar auriculares tapados con cera

Suena feo pero sucede, y no hay por qué ignorarlo. En YouTube hay cientos de tutoriales, dependiendo el modelo. Muchos usuarios recomiendan despegar estos filtros (que siempre protegen el driver o parlante interno para que nada los pinche) y luego volverlos a pegar con temperatura, pero eso es buscarse un problema. También hay otras alternativas, como una caja limpia auriculares, pero implica una inversión importante.

Lo más recomendable es aflojar la cera de los auriculares y luego limpiarla. Para eso se necesita:

  • Un secador de pelo que tire aire caliente (pero no muy caliente).
  • Un hisopo y alcohol.

El procedimiento es muy sencillo. Se lanza aire caliente hacia al auricular lo suficientemente caliente para que derrita la cera (que en muchos casos es básicamente sólida) sin dañar al dispositivo, y luego se pasa el hisopo mojado en alcohol, con suavidad y cariño, y esto la retira. No se necesita que esté súper caliente; es preferible estar un rato más calentando con aire tibio que dañando los auriculares con aire muy caliente.

En algunos auriculares esto no alcanza, o bien porque la textura de los filtros no lo permite o bien porque la cera se va para atrás, ahí si o si hay que seguir dándole temperatura hasta que se lo pueda remover (el pegamento del filtro se afloja y por lo general con una aguja se termina extrayendo, y santo remedio).

Muchos diseños intrauriculares usan unas «almohadillas» de silicona, de diferente tamaño, para mejorar el ajuste del auricular al canal auditivo; esa silicona suele capturar cera, también, y es más sencilla de limpiar (o eventualmente reemplazar; la mayoría de los auriculares comparte el diámetro y son intercambiables entre marcas).

Así que ya saben, si sienten que los auriculares se quedaron sin volumen de repente, hay altas chances de que venta por ese lado.


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