Se llama Flyboard Air, puede alcanzar una velocidad de 190 kilómetros por hora y estar diez minutos en el aire a una altitud máxima de 3000 metros. Y es la creación de Franky Zapata, el fundador de la compañía que lleva su nombre, y que la pilotó durante el desfile militar que hizo Francia para recordar la toma de la Bastilla en 1789.

Es lo que se conoce como un jetpack: tiene cuatro turbinas bajo la plataforma, que permiten elevarla y tienen la potencia suficiente (1000 CV) como para mantenerlo en el aire; como en un drone, la inclinación es la que define para dónde se mueve esta plataforma voladora, aunque para el control no se apela sólo a los pies; hay un mando que tiene el piloto en la mano.

El jetpack Flyboard Air tiene cuatro turbinas; el vuelo se controla con un mando (que el piloto tiene en este caso en la mano derecha) y lleva el combustible en una mochila (AFP)

El punto más polémico, no obstante, es que el combustible lo lleva el piloto en la mochila.

Si bien tiene cuatro motores, si por alguna razón fallan dos, los otros dos pueden hacer un descenso controlado y automático para llevar al piloto a tierra.

Franky Zapata vuela en un Flyboard cerca de la Torre Eiffel durante el tradicional desfile militar del Día de la Bastilla en la Avenida Champs-Elysees en París (AFP)

La compañía de Zapata también trabaja con el ejército estadounidense, con un modelo que tiene 7 turbinas controladas en forma automática por una computadora (como los rotones de un drone) y puede llevar hasta 140 kilogramos de peso.

El precio está estimado en 250.000 dólares por jetpack.


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