Fin de la especie humana
Por Xataka.

La reconocida revista estadounidense Scientific American publicó en su edición web una nota de opinión escrita por Henry Gee, paleontólogo, biólogo evolutivo y editor del diario científico inglés Nature.

El experto advierte en ese trabajo que “los humanos están condenados a extinguirse”. Entre los motivos para hacer esa afirmación, Gee habla de la degradación del hábitat al nivel de que hay menos recursos.

Asimismo, del declive de la fertilidad, de la disminución de la tasa de natalidad por sobre la de mortalidad y de recursos genéticos limitados.

“Sospecho que la población humana está destinada no solo a la contracción sino al colapso y pronto. Parafraseando a Lehrer [por el músico, Tom], si vamos a escribir sobre la extinción humana será mejor que comencemos a escribir ahora”, expresó Gee.

Señales que pronostican las extinción

El paleontólogo dijo que “las señales ya están ahí para quienes deseen verlas” y enumeró:

“Cuando el hábitat se degrada de tal manera que hay menos recursos para todos, cuando la fertilidad empieza a declinar, cuando la tasa de natalidad desciende por debajo de la tasa de mortalidad y cuando los recursos genéticos son limitados, el único camino es hacia abajo”.

En ese sentido, desglosó cada uno de los conceptos. Explica en el artículo que aunque la población aumenta, esa tasa de incremento se redujo a la mitad desde 1968.

También que hay un consenso general en que la población alcanzará su punto máximo en algún momento de mediados de siglo y que luego comenzará a caer de forma drástica.

“Tan pronto como 2100, el tamaño de la población mundial podría ser menor de lo que es ahora. En la mayoría de los países, incluidos los más pobres, la tasa de natalidad está ahora muy por debajo de la tasa de mortalidad», manifestó.

Planteó que «en algunos países la población pronto será la mitad del valor actual. La gente ahora está preocupada por la subpoblación”.

Cerca de la extinción más de una vez

El científico recalcó que “las especies de mamíferos tienden a aparecer y a desaparecer con bastante rapidez; apareciendo, floreciendo y desapareciendo en un millón de años aproximadamente”, y anexó una posible extinción del Homo sapiens a su falta de variación genética.

“El registro fósil indica que el Homo sapiens existió durante 315.000 años aproximadamente, pero durante la mayor parte de ese tiempo la especie fue rara, tan rara que estuvo cerca de la extinción quizás más de una vez», dijo.

Y añadió: «Así se sembraron las semillas de la ruina de la humanidad: la población actual creció muy rápidamente desde algo mucho más pequeño. El resultado es que, como especie, Homo sapiens es extraordinariamente similar».

«Hay más variación genética en unos pocos grupos de chimpancés salvajes que en toda la población humana. La falta de variación genética nunca es buena para la supervivencia de las especies”, expuso.

La contaminación, factor influyente

Gee aseveró que en las últimas décadas disminuyó “enormemente” la calidad de los espermatozoides humanos, lo que posiblemente condujo a tasas de natalidad muy bajas por razones que aún intentan establecerse.

“La contaminación, un subproducto de la degradación humana del medio ambiente, es un factor posible. Otro podría ser el estrés, que sugiero podría desencadenarse al vivir cerca de otras personas durante un período prolongado» explicó.

El científico remarcó que «en la mayor parte de la evolución humana la gente viajaba liviana por la tierra, en bandas dispersas. El hábito de vivir en las ciudades prácticamente uno encima del otro es un hábito muy reciente”.

También consideró que otra razón que puede influir en la desaceleración del crecimiento demográfico es la económica, que incluso postergaría la decisión de tener hijos.

Productividad económica estancada, según el científico

El biólogo añadió que los “homo sapiens ya secuestra entre 25% y 40% de la productividad primaria neta, es decir, la materia orgánica que las plantas crean a partir del aire, el agua y la luz solar».

Esta situación, «además de ser una mala noticia para las millones de otras especies de nuestro planeta que dependen de este asunto, podría estar teniendo efectos nocivos sobre las perspectivas económicas humanas».

Actualmente las personas suelen trabajar más para conservar el nivel de vida que poseían sus padres. Por eso Gee argumentó que hay una creciente evidencia de que «la productividad económica se ha estancado o incluso disminuido a escala mundial en los últimos 20 años».

Este resultado podría ser que la gente esté postergando la posibilidad de tener hijos, quizás tanto tiempo que su propia fertilidad comience a declinar”, determinó el científico.

Emancipación de la mujer

“Un factor adicional en la reducción de la tasa de crecimiento de la población es algo que solo puede considerarse como del todo bienvenido y desde hace mucho tiempo: la emancipación económica, reproductiva y política de la mujer”, indica asimismo Gee.

Esta transformación comenzó hace poco más de un siglo, pero ya duplica la población activa y mejoró tanto el nivel educativo como la longevidad y el potencial económico de los seres humanos en general.

“Con una mejor anticoncepción y una mejor atención de la salud, las mujeres no necesitan tener tantos hijos para asegurarse de que al menos algunos sobreviven a los peligros de la primera infancia», escribió el autor.

Pero tener menos hijos y hacerlo más tarde significa que es probable que la población se reduzca”, escribe el científico.

Por último, dijo que “la amenaza más insidiosa para la humanidad” es la “deuda de extinción”.

En cuanto a ese concepto, destacó: “Llega un momento en el progreso de cualquier especie, incluso las que parecen prosperar, en el que la extinción será inevitable, sin importar lo que puedan hacer para evitarla».

De igual forma, detalló que «la causa de la extinción suele ser una reacción tardía a la pérdida de hábitat».

«Las especies que corren mayor riesgo son aquellas que dominan parcelas de hábitat particulares a expensas de otras que tienden a migrar a otros lugares y por lo tanto están más dispersas», destacó.

Por ello los seres humanos «ocupan más o menos todo el planeta, y con nuestro secuestro de una gran parte de la productividad de este parche de hábitat a nivel planetario, somos dominantes dentro de él. Por tanto, Homo sapiens podría ser ya una especie muerta andante”.

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