anaconda

@rioverdeoficial / @jul_narvaez

En las amplias sabanas de Venezuela, en una de sus lagunas turbias y llenas de boras, unos gruesos anillos moteados aparecen y desaparecen en la superficie del agua formando remolinos, indicativo de la presencia de la enorme serpiente conocida como Anaconda verde o Eunectes murinus. En estas sabanas, como en otros lugares, la anaconda despierta al mismo tiempo admiración y temor. Nuestro viaje nos lleva al Hato El Cedral, una extensa reserva de fauna ubicada en el estado Apure, donde la riqueza de fauna y flora es tal que los viajeros comparan este viaje con los safaris africanos, acompañados del legendario Víctor «Musiu» Delgado guía de este hato, nos vamos en búsqueda de anacondas en la sabana inundada.

Son múltiples las leyendas  y mitos que rondan a esta especie. En cada localidad que habita se pueden escuchar historias de una gran anaconda que siempre crece en tamaño a medida que la historia es contada, los investigadores dan cuentan de anacondas de gran tamaño, pero ninguna titánica como la referida en los cuentos locales. Es una especie única. Después de inmovilizar a sus víctimas enrolladas entre sus anillos y de ahogarlas en el agua o asfixiarlas, las anacondas suelen tragarse la presa empezando por la cabeza. Una hembra grande puede comer chigüires (roedores que alcanzan los 40 kilos de peso) o incluso caimanes y ciervos de cola blanca. Pero no es nada fácil tragarse un caimán de metro y medio o defenderse de las afiladas uñas de un chigüire. Frecuentemente, las anacondas hembra lucen numerosas cicatrices como precio de su comida.

De pronto salta Musiu en el medio de la sabana, rodean tensamente la presa sumergida; de repente, al verse acorralada, la descomunal bestia ataca y sus fauces abiertas emergen del agua. La experiencia de Musiu evade el ataque y tomando rápidamente al animal finalmente, consiguen sacar los 4,5 metros de reptil de la laguna fangosa y nos aproximamos a ver a esta leyenda y conocer más sobre su rol en estos hábitats. Nuestra atención se desvía al ver la fuerza con la que esta especie aprieta sus anillos alrededor de brazos, piernas y cinturas del experimentado guía. Las anacondas tienen un rol muy importante a nivel ecológico y sociocultural.

Se escucha en los llanos que las grandes anacondas también comen seres humanos, y cuando alguien desaparece en los llanos muchas veces se señala a la serpiente como culpable. Sin embargo, los biólogos aseguran que hasta ahora no existen pruebas reales de que los humanos figuren en su menú. A lo largo del Amazonas, en la zona fronteriza entre Colombia y Brasil, la yacumama es un mito cosmogónico que explica el origen del universo, dadora de la vida, guardiana de las aguas. Una gran anaconda ancestral penetró en el universo/casa, a través de la puerta del agua y ascendió por los ríos Negro y Vaupé cargando dentro de su cuerpo a los ancestros de toda la humanidad. A lo largo de su viaje los remotos ancestros se transformaron en humanos. Al llegar a la cascada del Ipanoré, formada por el raudal del río Jirijirimo, que en lengua indígena significa la cama de la anaconda, los ancestros se repartieron en la tierra.

En los mitos la gran anaconda es la madre del agua, su protectora y hasta el origen de la vida. Es una culebra gigantesca que vive en el agua, y llega a medir unos cincuenta metros. Hace unos 58 millones de años, una víbora gigante se deslizó a través de las selvas pantanosas de América Latina, con un peso de más de una tonelada y 14 metros de largo, bautizada con el nombre de «Titanoboa» era pariente lejana de la anaconda y la boa constrictor, y no era venenosa (no necesitaba serlo). Los fósiles quedaron expuestos por la excavación en la enorme mina de carbón a cielo abierto de El Cerrejón, en el norte de Colombia. En 2002, científicos habían descubierto en ese lugar los restos de una selva tropical de la era del Paleoceno; tal vez la primera del planeta.

Las leyendas y mitos sobre las anacondas siguen siendo contadas en llanos y selvas, pero nada es tan maravilloso como ver sus colores, la disposición de sus escamas y dientes, su imponente presencia y su importante rol, no recuerda lo importante que es preservar sus hábitats y a la especie misma, del predador que por poca educación la amenaza hoy: el hombre. Porque conocer es proteger los invitamos a seguir explorando las maravillas de nuestra Venezuela megadiversa a través de nuestro canal de YouTube RioVerde Channel.


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