Es la hora de Venezuela en la lista de espera por los 3.000 hits.

El dominicano Albert Pujols alcanzó el viernes la meta que comenzó en abril de 2000, cuando forzó su llegada a las Grandes Ligas después de pasar solo año en las Menores de San Luis. Entre aquel imparable contra Mike Hampton y este que completó la cifra frente a Mike Leake discurre una de las carreras más notables que se recuerden, con números que únicamente han conseguido muy pocas superestrellas.

Pujols es una muy rara combinación de poder, contacto, consistencia y durabilidad. Y su más cercano alumno, ese con quien siempre lo hermana el motor de búsqueda de Baseball Reference, es un venezolano: Miguel Cabrera.

El próximo en el grupo de aspirantes a los 3.000 es precisamente Cabrera. Es el tercero entre todos los jugadores activos con 2.666 cohetes. Los dos primeros ya ingresaron a la brillante lista. Y el recuento nos permite destacar una curiosidad que salta a la vista en el escalafón de los máximos hiteadores: siete de los ocho más prolíficos, y siete de los nueve que en total superan los 2.000, son nacidos en América Latina o descienden de padre y madre latinomericanos.

Robinson Canó amaneció el sábado con 2.409, seguido por José Reyes con 2.100, Nick Markakis con 2.093, Víctor Martínez con 2.057, Adrián González (que tiene la nacionalidad mexicana) con 2.027 y Joe Mauer con 2.014.

Es cuestión de tiempo para ver a Cabrera cruzar los portones del exclusivo club. Solamente una inesperada catástrofe impediría que el aragüeño sumara los 334 indiscutibles que le faltan para completar la empresa.

El nativo de Maracay ha contabilizado exactamente 335 imparables desde 2016, a pesar de ser uno de los períodos menos fructíferos en su carrera, debido a las dos hernias discales que secaron su producción en la temporada pasada. Si replicara ese ritmo, y hay que insistir en el hecho de que no ha sido su mejor lapso, lograría la cifra en los próximos 314 compromisos, a comienzos de 2020.

Esa cita con la historia puede ocurrir antes, si este regreso a los buenos números que protagoniza en 2018, con .323 de average y OPS sobre .900, significa que todavía tiene pólvora para sus últimos torneos en las Mayores. No olvidemos que tiene contrato garantizado hasta 2023. Es tanto lo que ha hecho hasta ahora, que en el peor de los casos debería llegar por la inercia de mantenerse activo mientras esté vigente ese pacto.

Después de Cabrera y del quisqueyano Canó, que muy probablemente también conquiste la cima, el panorama parece oscurecer entre quienes superan ya los 2.000. Pero ¿quién podría ser el siguiente candidato venezolano?

No es V-Mart, ahora que parece tan cerca su retiro. ¿José Altuve? Tiene una larga cuesta que remontar, con sus 1.295, aunque ciertamente muestra el mejor ritmo que haya tenido cualquiera de sus compatriotas.

Un nombre asoma con irreverencia entre Altuve y los de arriba: Elvis Andrus. El campocorto ha recorrido la mitad del camino, con 1.474, y está en la mitad de su carrera, con 29 años de edad, convertido repentinamente en un bateador de fuste.

El tiempo será el mayor desafío de ambos. Necesitan mantenerse sanos y productivos por 10 temporadas más. Si lo hacen, tendrán el mismo chance que Cabrera cuando se acerquen a la recta final de sus carreras.

@IgnacioSerrano

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