Colombia será el primer país latinoamericano en ingresar a la OTAN, la categoría del país andino en la organización será la de “socio global”. Esta noticia ha llamado la atención porque se viven tiempos muy interesantes en Colombia y las elecciones estaban a la puerta de la esquina. Los colombianos esperan que la imagen de su país en el mundo occidental mejore con este anuncio. La entrada de Colombia a la OTAN se produce un año y medio después de la firma del Acuerdo de la Paz, entre el presidente Juan Manuel Santos y Timochenko, líder de la FARC. Este domingo Timochenko votó por primera vez en unas elecciones presidenciales en Colombia.

Es necesario señalar que Colombia todavía no va a ser un miembro pleno de la OTAN. No es lo mismo ser miembro que ser socio global. Por los momentos, la OTAN admite como nuevos miembros a países europeos. Desde hace cinco años, se estaba preparando el ingreso de Colombia a la OTAN como socio global y apenas es que se ha formalizado el ingreso del país andino como socio. La formalización del estatus de Colombia como socio global traerá más cooperación en áreas de interés mútuo.

Aunque todavía no se han ofrecido mayores detalles, este hecho histórico le permitirá a Colombia tener mayor juego en el ámbito internacional. Cabe destacar que, la entrada a la OTAN también estuvo acompañada del ingreso a la OCDE. El proceso de adhesión había sido iniciado hace más de siete años y recientemente fue aprobado. Para Colombia, esto es visto como una gran oportunidad de atraer inversiones y crear un clima de bienestar en el país sudamericano. Ahora lo que falta es que Colombia cumpla una serie de pasos internos, entre los cuales destacan la ratificación por el Parlamento de la convención de la OCDE y el depósito del instrumento de adhesión ante el Gobierno francés.

Para Venezuela, esto tiene importantes implicaciones militares, estratégicas políticas y económicas. Occidente va a tener mayor control del norte de América del Sur y los movimientos en la frontera colombo-venezolana serán supervisados con mayor cautela. En lo político, la presencia de la OTAN en Colombia es una clara advertencia al gobierno de Venezuela para que modere su postura y evite caer en provocaciones. Maduro debería tener una posición más abierta, tolerante, respetuosa y diplomática para no buscar más problemas. En lo económico, el gobierno venezolano sabe que ahora más que nunca le conviene tener relaciones favorables con los Estados Unidos. Cabe destacar que, a pesar de todo, Estados Unidos sigue siendo el principal aliado comercial de Venezuela y es un importante comprador de petróleo venezolano.

Los intereses militares de las potencias emergentes como China y Rusia también se ven amenazados por esta noticia. Desde finales de 2008, China ha instalado comandos de operaciones en bases militares venezolanas y ha financiado laboratorios militares en universidades venezolanas. El entrenamiento de las mentes más brillantes de Venezuela ha sido financiado por China y la empresa Huawei ha sido clave para la supervisión de los proyectos militares en Venezuela. Rusia ha exportado una cantidad considerable de material bélico a Venezuela y según Alexander Sevostyanov de Evrofinance Mosnarbank: «el país caribeño es el cliente más importante de la región, aunque algunas cifras han sido exageradas por el Instituto de Estudios Estratégicos de EE UU”. Irán también tiene grandes intereses en el país sudamericano.

Las implicaciones sociales de este hecho histórico nos exigen analizar la situación con  cuidado. El gobierno venezolano ha manifestado que teme un conflicto bélico entre Colombia y Venezuela, el cual podría tener lugar a corto o mediano plazo. Los países no alineados con el modelo de democracia occidental se han sentido intimidados por esta noticia. En los medios internacionales, se ha sostenido que Venezuela atraviesa una crisis humanitaria sin precedentes. En los más importantes foros políticos internacionales, se ha hablado de Venezuela como un “Estado Fallido”. Algunos han exigido que Venezuela sea intervenida militarmente para solucionar la crisis del país, aunque la senadora republicana Ileana Ros-Lehtinen ha dejado claro que eso no es viable, rompiendo los sueños de muchos.

La Cancillería Venezolana emitió un comunicado el día 26 de mayo de 2018, en el cual rechaza el ingreso de Colombia a la OTAN por considerarlo una amenaza para la paz y la estabilidad regional. Según el gobierno venezolano, la OTAN no defiende los intereses de los gobiernos latinoamericanos y ha tratado de imponer históricamente un modelo político y económico en particular. La Cancillería exhortó al Gobierno de la República de Colombia a observar y cumplir las obligaciones regionales “destinadas a garantizar la paz”, como el Tratado de Tlatelolco para la Proscripción de Armas Nucleares en América Latina y el Caribe.

El ingreso de Colombia a la OTAN como socio global es la antesala de una serie de eventos interesantes que podrían ocurrir en los próximos meses en América Latina. El gobierno colombiano busca lograr que la percepción internacional del país mejore con estas noticias y lleguen aún más inversionistas al país andino. Para Colombia, esto es sinónimo de desarrollo, progreso y estabilidad. En el caso venezolano, el gobierno lo percibe como una amenaza para sus intereses políticos, económicos y militares, mientras que la oposición venezolana considera que es una medida necesaria para mantener al gobierno de Maduro bajo control y limitar sus pretensiones.

Los cambios geopolíticos en América Latina están llamando la atención del mundo entero. Para Estados Unidos es esencial la estabilidad de la región y garantizar el bienestar de sus principales aliados como Colombia. También es importante recuperar viejos aliados estratégicos como Venezuela, que hasta finales del siglo XX fue uno de sus socios más importantes. China, Rusia, India, Irán y Turquía podrían tener un papel decisivo en los próximos meses. El gobierno venezolano todavía tiene interesantes alternativas, pero la oposición venezolana tiene una oportunidad de oro si no comete grandes errores. El caso Venezuela seguirá dando de qué hablar. Se viven tiempos muy interesantes.


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