Uno de los mejores actores de América Latina ha sido señalado como maltratador. Ricardo Darín,  más allá de ser admirado por su talento histriónico, se ha labrado una reputación como un hombre intachable y precisamente por eso el señalamiento ha sorprendido tanto, a todos, incluida quien escribe.

El primer actor argentino ha sido señalado por las actrices Érica Rivas y Valeria Bertuccelli, quienes trabajaron con él en la obra de teatro  Escenas de la vida conyugal.

En medio de las acusaciones mundiales del movimiento #meToo a personajes del mundo del cine,  ahora le toca al actor argentino enfrentar las declaraciones de dos de sus compañeras, actrices talentosas, que alzando la bandera del feminismo se han animado muchos años después de los sucesos a contarlos.  

Estos últimos meses, han salido a la luz casos de mujeres que han afirmado ser victimas de maltratos, abusos e incluso violaciones dentro del mundo del cine. Esto hay que tomarlo en cuenta para entender el contexto en que estas actrices argentinas han hecho sus declaraciones.

Para nosotros, simples espectadores, es imposible saber si es cierta o no la versión de las actrices o la de Darín, quien ha negado cualquier tipo de maltrato. No obstante, más allá de si crees una versión u otra, existen algunos elementos que llaman poderosamente la atención.

En primer lugar, ambas actrices hablan de maltrato verbal acaecido años atrás (más de cuatro Bertuccelli y casi dos Rivas) a cada una por separado, en circunstancias diferentes. Si ocurrió no se entiende porque se quedaron calladas en su momento y hablan ahora. No fueron victimas de una violación ni estaba en riesgo sus vidas, si realmente eso pasó es un poco incomprensible que si querían contarlo no lo hicieran ¿por qué esperar tanto tiempo?

En segundo, surge una interrogante, si el maltrato lo hubiese realizado una mujer ¿lo contarían? Me inclino a pensar que no, creo que si lo hacen ahora, es precisamente porque el supuesto maltratador es hombre y las acusaciones a nivel mundial de mujeres sobre abusos en el mundo del cine (y en otros ámbitos)  van en ascenso.

Además no se entiende mucho la magnitud de ambos incidentes (Darín/Rivas y Darín/Bertuccelli) precisamente porque ellas no los explican del todo. Simplemente se han proclamado feministas y han aducido ser parte “del movimiento” que pretende impedir “más abusos” contra las mujeres. Afirmando que “ahora si pueden hablar” porque se sienten contenidas y apoyadas.

En este punto me gustaría detenerme, particularmente me parece un tanto incongruente hablar de “libertad” “empoderamiento” e “igualdad femenina” usando tu género para exigir un trato especial.

Si ellas no exponen pruebas ni dan mayores explicaciones ¿debemos creerles solamente por ser mujeres? ¿Si lo que hizo Darín fue un maltrato de grandes proporciones por qué no relatan exactamente lo que ocurrió y evitan las respuestas evasivas?

Si tomamos en cuenta lo que ellas han declarado, ambos sucesos parecen peleas entre compañeros o compañeras (sin el género de por medio) de trabajo. Y algo así no tiene la sustancia que permita etiquetar a una persona de “machista” y “maltratador”.

Siento que en ambos testimonios hay vacíos, eso sin contar las mujeres que han salido en defensa de Darín, comenzando por la primera actriz Norma Aleandro, quien los dirigió a todos en  Escenas de la vida conyugal.

Nunca sabremos lo que pasó  (y la verdad poco importa) pero es lamentable que actores tan  talentosos, tanto Darín, como Rivas y Bertuccelli  con carreras hasta ahora impecables,  se vean envueltos en este tipo de escándalos.  Afortunadamente la obra (de hombres y mujeres) siempre es mejor que quienes la realizan. 


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