Miguel Cabrera pasó 29 turnos seguidos sin dar jonrones, la seguidilla más larga en su carrera en un inicio de temporada, y por primera vez se fue en blanco en los primeros 5 compromisos de un campeonato.

José Altuve sufrió con un average de .160 en la semana inaugural, sin poder mostrar su inusitada consistencia con el madero.

Carlos González llegó al fin de semana con .209 de average y apenas con .588 de OPS.

Más de un aficionado ha levantado una ceja para plantear, con desconfianza: ¿son víctimas de una especie de síndrome, una “pava” post Clásico Mundial?

El recorrido de los venezolanos en el Clásico no fue memorable. No lloveremos sobre mojado. Les sorprendió un slump colectivo, como a menudo sucede en el beisbol, y les sucedió en el peor momento. Para colmo, hubo lesiones importantes. Cabrera jugó con la espalda adolorida, Martín Prado todavía se rehabilita en las menores de los Marlins y Robert Suárez acaba de ser sometido a la cirugía Tommy John

Alguien nos sugirió hacer el balance de lo que han hecho hasta ahora todos los integrantes de la Vinotinto en 2017.

Hay casos notables. Los dos receptores de aquella divisa han tenido un inicio candente. Salvador Pérez nunca había dado más de 4 jonrones en abril y ya superó esa cifra, cuando apenas va una quincena. Robinson Chirinos, suplente de Pérez allí y de Jonathan Lucroy en los Rangers, tenía un OPS superior a 1.000 al escribir esta columna.

Cabrera, el inicialista, y el designado Víctor Martínez empezaron lentamente. De V-Mart se habló mucho menos que de su compañero de los Tigres, pero a casi dos semanas de acción todavía buscaba su primer jonrón.

Altuve, ya sabemos, sufrió para tomar el ritmo, pero se ha encendido y en estos días no ha habido quién pueda ponerlo out, literalmente. El otro camarero, Rougned Odor, todavía trata de prender el motor de su average, aunque hasta el viernes tenía un doble, un triple y 3 vuelacercas, más 8 remolques, la segunda mayor cantidad entre los criollos.

El antesalista Prado no ha podido jugar, porque su lesión. Pero Yangervis Solarte ha bateado por él y por otros varios, con sus 10 impulsadas y esa línea de .300/.356/.500 que nada dice de alguna posible distracción por el cambio de posición con los Padres, que decidieron mudarlo a la segunda base.

El campocorto Alcides Escobar y los jardineros CarGo, Odúbel Herrera y Ender Inciarte empezaron en horas bajas, aunque este último se ha soltado a batear recientemente, y hasta largó 3 bambinazos entre jueves y viernes. El utility Hernán Pérez tenía .115 con el barquillo, después de 27 apariciones.

Entonces, ¿podemos hablar de una “pava” por haber jugado en el Clásico Mundial? Hay motivos para suponerlo, pues interrumpieron su preparación habitual en la primavera y recibieron un golpe anímico en su eliminación.

Cuatro empezaron bien y ocho comenzaron mal. Pero de esos últimos, tres parecen haber tomado el paso.

Con Cabrera hay razones para creer que está jugando con dolor. Lo ha hecho antes, incluso con una fractura, y tampoco se quejó entonces.

También es cierto que sacar conclusiones con una muestra de 7 o 10 días es arriesgado en el beisbol. Como bien dijo Altuve, el viernes: “Espero jugar al menos 150 juegos. Este sólo fue uno de los varios slumps que seguramente voy a tener”.


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