La candidata presidencial y principal líder opositora de Bielorrusia, Svetlana Tijanóvskaya, lo tiene claro: si los ciudadanos de su país no «resisten» en las calles, se convertirán en «esclavos».

En su primera entrevista con un medio extranjero desde que se exilió «por seguridad», Tijanóvskaya aseguró que el movimiento de protesta por el disputado resultado de las recientes elecciones «resistirá hasta el final».

Bielorrusia pasa por una histórica crisis desde las elecciones presidenciales del 9 de agosto, en las que el actual presidente, Alexander Lukashenko, se proclamó vencedor pese a las acusaciones de fraude hechas por la oposición.

Miles de ciudadanos se echaron entonces a las calles en una oleada de protestas que diversos analistas e historiadores consideran las mayores en el país desde la caída de la Unión Soviética y que aún continúan.

La represión del movimiento por parte de las autoridades llevó a que la protesta se extendiera a las fábricas y a la convocatoria de huelgas.

Las claves de Bielorrusia

  • ¿Dónde está? Tiene a Rusia, su antiguo dueño imperial, al este y a Ucrania al sur. Al norte y oeste se encuentran miembros de la Unión Europea y la OTAN: Letonia, Lituania y Polonia.
  • ¿Por qué importa? Como Ucrania, este país de 9,5 millones de habitantes está en medio de la rivalidad entre Occidente y Rusia. El presidente Lukashenko, aliado de Rusia, ha sido considerado como el «último dictador de Europa». Lleva en el poder 26 años, manteniendo gran parte de la economía en manos estatales -es de hecho considerada la última economía planificada de Europa- y utilizando la censura y la mano dura de la policía contra sus detractores.
  • ¿Qué está ocurriendo allí? Hay un gran movimiento de oposición, que pide un liderazgo nuevo, democrático y una reforma económica. Dicen que Lukashenko manipuló las elecciones del 9 de agosto. Oficialmente ganó los comicios por una mayoría aplastante. Sus seguidores aseguran que su firmeza ha garantizado la estabilidad del país.

«Si no, seremos esclavos»

Las protestas y huelgas en el país continúan, si bien el presidente Lukashenko no ha mostrado ninguna señal de echarse atrás. De hecho, ha prometido acabar con el descontento en los próximos días.

Tijanóvskaya se posicionó como la principal candidata presidencial de oposición atrayendo a grandes multitudes durante su campaña.

No obstante, se marchó a la vecina Lituania un día después de las elecciones, argumentando que temía por la seguridad de su familia, después de que Lukashenko fuera oficialmente declarado como ganador.

La líder opositora asegura que ama su país y que volverá en cuanto se sienta segura de hacerlo.

REUTERS Las protestas anti-Lukashenko se consideran históricas.

En la entrevista con la BBC, Tijanóvskaya se mostró preocupada por la situación y reconoció que no es una «líder por naturaleza», que no lo ha sido nunca, pero señaló que es su «destino y misión ahora».

«Lo tengo que ser. Soy como un símbolo. [Los bielorrusos] están clamando por su futuro, por su deseo de vivir en un país libre, contra la violencia, por sus derechos».

«Me votaron pero no como a una persona, como la futura presidenta, sino como un símbolo del cambio»enfatizó.

La líder opositora descartó hablar de su preocupación por la situación de su familia, pues consideró que «lo más importante es la situación en Bielorrusia» y manifestó estar conmocionada por la violencia registrada en el país.

Pese al hecho de que las protestas se han estancado un poco, Tijanóvskaya consideró que deben continuar.

«No tenemos ningún derecho a ceder ahora. Si no, seremos esclavosy nuestro pueblo lo sabe«.

«Estoy segura de que resistiremos hasta el final», añadió.

En un comunicado previo en video, la destacada política urgió a sus seguidores a ampliar las huelgas pese a la «intimidación» de las autoridades.

Sus palabras se difundieron en medio de reportes de medidas de presión contra huelguistas, a medida que Lukashenko trata de recuperar el control.

El presidente, que consideró que la líder opositora está manipulada por los servicios secretos occidentales, insistió en que pronto se habrá acabado esta crisis.

«La situación en el país está muy politizada, pero no hay que pensar que es catastrófica. Esto es mi problema y yo debe solucionarlo. Y lo haremos. Créanme, en los próximos días los solucionaremos», resaltó en una visita a una cooperativa de alimentos.

EPA Lukashenko no cede y asegura que acabará con el descontento.

Lukashenko, además, rechazó el viernes cualquier tipo de diálogo con la oposición y acusó por primera vez a Estados Unidos de dirigir las protestas antigubernamentales con la complicidad de la Unión Europea (UE).

Mientras tanto, aliados de Tijanóvskaya en el nuevo consejo coordinador de la oposición han sido convocados ante el Comité de Investigación de Bielorrusia, acusados de toma ilegal de poder.

El jurista del consejo, Maxim Znak, y Sergei Dylevsky, organizador de huelgas en la fábrica de tractores de Minsk, fueron interrogados el viernes.

El consejo, del que también forman parte prominentes figuras culturales como la premio Nobel de Literatura Svetlana Alexiévich, fue creado para organizar una transición pacífica y allanar el camino para la repetición de las elecciones.

EPA En esta crisis, también algunos seguidores de Lukashenko salieron a las calles en su defensa.

Pero el jueves, el fiscal jefe abrió un causa penal contra el consejo, tildándolo de «anticonstitucional». El presidente Lukashenko ha llamado a algunos de los manifestantes «nazis».

«El consejo prosigue su trabajo. Ni en los documentos ni en las actividades del consejo hay elementos ilícitos. El consejo expresa la postura cívica de la sociedad. Por el momento, aquí eso no es un crimen», defendió el jurista Znak el jueves.

Un día después, expresó a la BBC su preocupación porque fuera a ser arrestado.

Protestas y huelgas

El fin de semana pasado, unos 200.000 manifestantes ocuparon el centro de Minsk en protesta contra Lukashenko, y continúan produciéndose huelgas.

En general, los empleados de fábrica más leales en empresas estatales participan en estas huelgas, en una señal de desafío sin precedentes hacia Lukashenko.

Pero algunas informaciones apuntan a que el número de huelguistas ha caído debido a la presión oficial.

REUTERS Diversas organizaciones han denunciado la violencia de las autoridades para reprimir las protestas o las amenazas a los huelguistas.

La policía, por ejemplo, intervino en una protesta a las afueras de la fábrica de tractores de Minsk y arrestó a los manifestantes.

Además, se han producido graves denuncias de represión y violencia por parte de las autoridades. La organización Amnistía Internacional dijo haber recopilado denuncias de torturas practicadas a los detenidos en las protestas.

¿Qué dijo la comunidad internacional?

Los líderes de la UE y el gobierno de Estados Unidos ven la victoria de Lukashenko como fraudulenta y apoyan la demanda de la oposición de repetir las elecciones.

El presidente ruso, Vladimir Putin, discutió la crisis en Bielorrusia el viernes con sus responsables de seguridad.

El Kremlin difundió posteriormente un comunicado en el que subraya que «cualquier interferencia extranjera en los asuntos del país es inaceptable y que la única forma de arreglar los problemas internos de Bielorrusia es a través del diálogo entre el liderazgo del país y sus ciudadanos».

Tijanóvskaya, por su parte, urge a los líderes europeos a que ayuden a abrir ese tipo de diálogo.

Mientras tanto, la UE ha anunciado sanciones contra Lukashenko, y ya hay más protestas previstas para este fin de semana.


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