Pocos temas están tan presentes y desatan tantas controversias en la contienda por la presidencia de México como el de la construcción del nuevo aeropuerto en la capital del país.

Se trata de la obra más importante en el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, con un costo superior a 11.000 millones de dólares.

Las proyecciones indican que, al concluir la primera etapa en 2020, tendrá capacidad de atender a 60 millones de pasajeros al año y de 125 millones en su máxima utilización.

Sería una de las terminales aéreas más grandes del mundo. Pero el proyecto, que ha recibido críticas desde su anuncio en septiembre de 2014, se convirtió en protagonista de la actual contienda electoral.

Andrés Manuel López Obrador, candidato de la izquierdista coalición Juntos Haremos Historia y favorito en las encuestas, dijo que de ganar la elección suspendería la obra.

Los otros cuatro candidatos presidenciales, empresarios, analistas y autoridades advirtieron que hacerlo implicaría un alto costo a la economía del país.

El tema escaló en pocas semanas e incluso el magnate Carlos Slim, una de las personas más ricas del mundo, entró a la polémica.

«Suspender el proyecto es suspender el crecimiento del país», dijo este lunes en conferencia de prensa.

El nuevo aeropuerto de México será uno de los más grandes del mundo (Foto: AFP)

«En mi vida he visto un proyecto que pueda tener tanto impacto económico en un área como lo es el nuevo aeropuerto. Es un gran detonador, solo puede compararse con el Canal de Panamá».

Una hora después del encuentro de Slim con periodistas, López Obrador respondió:

«Lo están utilizando para tratar de contrarrestar el avance de nuestro movimiento, pero no les va a funcionar», dijo.

El consorcio de Slim, por cierto, participa en la construcción de la nueva terminal aérea.

El debate

El intercambio muestra la intensidad en el debate que provoca el tema en la contienda.

López Obrador afirma que el Nuevo Aeropuerto de México (NAIM) es un proyecto muy costoso y que se ubica en un terreno inestable, que se hunde constantemente.

De hecho la nueva terminal aérea se construye en el lecho de lo que fuera el Lago de Texcoco, cerca de donde se encuentra el actual aeropuerto.

Andrés Manuel López Obrador quiere suspender la construcción del nuevo aeropuerto de México (Foto: AFP)

El proyecto contempla seis pistas en su etapa final, un edificio terminal con cuatro pisos de 1,5 kilómetros de extensión y 800 hectáreas de áreas verdes.

El candidato propone como alternativa construir dos pistas en la base aérea militar de Santa Lucía, a 40 kilómetros al noreste de Ciudad de México.

También utilizar la actual terminal aérea para vuelos nacionales. Su proyecto, dice, costaría 8,9 millones de dólares menos que el proyecto en Texcoco.

Y en el caso del proyecto en proceso, afirma que se garantizará el pago de los contratos ya acordados.

Sin embargo, las autoridades sostienen que el sitio donde se realiza la obra es la mejor opción.

Eduardo Sánchez, vocero de la Presidencia de la República, insiste en que no se puede cancelar el nuevo aeropuerto por decreto.

«La conveniencia de hacerlo ahí no fue tomada como una ocurrencia, al contrario, la determinación del lugar fue tomada con base en los estudios que los expertos a nivel internacional llevaron a cabo».

Estos expertos, añade, determinaron que no es posible utilizar simultáneamente la base militar y el aeropuerto.

Slim coincide. Habilitar las instalaciones de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) para uso comercial implicaría alargar el momento en que despeguen todos los vuelos.

Esto significaría que las operaciones fueran más lentas. Y además, afirma el magnate, la base de Santa Lucía agotaría su vida útil en 20 años.

En cambio el nuevo aeropuerto está contemplado que se utilice casi hasta fines del siglo XXI.

¿Hay problemas en el suelo del nuevo aeropuerto como dice López Obrador? Depende de lo que se realice para detener la extracción de agua del subsuelo para abastecer a Ciudad de México, responde Slim.

En todo caso no es un problema exclusivo de la obra. «Claro que se va a hundir, como todo el Valle de México», reconoce.

«Lo que tenemos que hacer es dejar de sobreexplotar el acuífero de la zona metropolitana».

Los contratos

Pero los argumentos técnicos son una parte de la controversia.

La Auditoría Superior de la Federación –el organismo del Congreso que revisa el gasto público- señaló que existen gastos irregulares por 1.000 millones de pesos en la construcción del NAIM, unos 55 millones de dólares.

López Obrador también ha señalado que se asignaron contratos de manera «poco transparente».

Por eso la intención de suspender la obra y revisar todo el proyecto porque según el candidato, «se están entregando contratos para comprometer al gobierno próximo, amarrarnos las manos».

López Obrador prefiere dos pistas junto a la base de Santa Lucía (Foto: Getty Images)

Sin embargo, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, asegura que toda la información del proyecto puede consultarse por internet.

«Están a la vista de cualquier analista, de cualquier político», respondió a López Obrador.

«Las bases y los proyectos ejecutivos para la formalización de estos contratos y de los proyectos fueron elaborados y revisados por empresas técnicas internacionales, las mejores del mundo».

En su defensa del proyecto, Carlos Slim dice que si existen irregularidades,deben castigarse. Pero no suspender la obra porque no se trata de comprar un automóvil.

No es solo un comentario. El consorcio del magnate participa en la construcción del nuevo aeropuerto, concretamente en el edificio terminal.

Slim dice que, del total de las inversiones y costos de la obra, su grupo aporta 8%. Pero no está de acuerdo en las críticas del candidato presidencial.

«No somos parte de ninguna clase de corrupción en ningún momento», dijo a los periodistas este lunes.

El cómic

De acuerdo con el plan original la nueva etapa del NAIM debe inaugurarse en 2020, y después paulatinamente se concluiría con el resto de la obra.

En 2029, si se cumplen las etapas, estaría prácticamente en operación plena.

Actualmente dos de las tres pistas que contempla la primera etapa se encuentran a la mitad de su construcción.

También se avanza en el edificio terminal, aunque las obras para comunicar la terminal aérea con el centro de la capital no inician todavía.

Empresarios y analistas ven complicado suspender el proyecto. Hacerlo implicaría un gasto de 120.000 millones de pesos (unos 7.000 millones de dólares), señala el Consejo Coordinador Empresarial.

Pero el tema sigue en la contienda presidencial.

Horas antes de la conferencia de prensa de Slim –quien aparece ante medios o concede entrevistas pocas veces al año-, López Obrador dijo que el nuevo aeropuerto «es un barril sin fondo».

Y también publicó en su cuenta de Facebook un cómic sobre el tema. Se llama «Un nuevo aeropuerto que no debe aterrizar».


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