Un potente terremoto de magnitud 7,2 sacudió este viernes el sur de México y se sintió con fuerza en la capital del país.

La zona todavía se está recuperando de otro de magnitud 7,1 que sufrió el pasado septiembre.

Coincidiendo con el 32 aniversario del devastador terremoto de 1985, el anterior temblor causó pánico entre los 20 millones de habitantes de la capital mexicana y dejó más de 300 muertos.

¿Pero por qué México es tan proclive a sufrir tantos movimientos telúricos y de semejante magnitud?

La respuesta recae en su ubicación geográfica.

Anillo de Fuego

El país se encuentra en un área en forma de herradura con alta actividad sísmica que se conoce como el Cinturón de Fuego del Pacífico, que une a América con Asia.

«En el Cinturón de Fuego del Pacífico tienen lugar el 90% de todos los sismos del mundo y el 80% de los terremotos más grandes», le explicó a BBC Mundo el director del área de sismología del Instituto Geofísico del Perú (IGP), Hernando Tavera.

Además de México, esta región -también conocida como Cinturón Circumpacífico o Anillo de Fuego- incluye a Japón, Ecuador, Chile, Estados Unidos, Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala, y parte de Canadá, por un lado del océano.

A la altura de las Islas Aleutianas, en el norte del océano Pacífico, entre Alaska y la península de Kamchatka, se encuentra la curva superior de la herradura, que dobla después para incluir a la costa y las islas de Rusia, Taiwán, Filipinas, Indonesia, Papúa Nueva Guinea y Nueva Zelanda, por el otro.

El lecho del océano Pacífico reposa sobre varias placas tectónicas y «el hecho de que la actividad sísmica sea intensa en el Anillo de Fuego se debe a la convergencia de éstas y su fricción, lo que hace que se acumule tensión a liberar», señaló Tavera.

En el Cinturón de Fuego del Pacífico se encuentran también más del 75% de los volcanes activos e inactivos del mundo; 452 cráteres.

Chiapas

El terremoto de septiembre de 2017 tuvo su epicentro 137 kilómetros al suroeste de Tonalá, Chiapas.

Según explica el reporte del Servicio Sismológico Nacional de México, Chiapas es uno de los estados del país más proclives a los sismos.

«El origen de esta sismicidad se debe al contacto convergente entre dos importantes placas tectónicas: la placa de Cocos y la placa del Caribe».

«La interacción entre estas dos placas tiene lugar en la costa del Pacífico, frente a dicho estado».

Este estado ya ha sufrido tres temblores de más de 7 de magnitud desde 1970, incluido uno en noviembre de 2012, de una magnitud de 7,3.


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