s_bbcws.prop25=»[domain]»;s_bbcws.prop45=»[language]»;La primera ministra de Reino Unido, Theresa May, se presentó este viernes en el Palacio de Buckingham y le pidió permiso a la reina Isabel II para formar un nuevo gobierno.

Lo hizo después de las elecciones generales celebradas el jueves, en las que su Partido Conservador perdió la mayoría en el Parlamento y ninguna agrupación obtuvo suficientes escaños para gobernar (lo que se conoce como Hung Parliament).

Para permanecer en el poder, May negoció rápidamente una coalición con el Partido Unionista Democrático (DUP, por sus siglas en inglés) de Irlanda del Norte, cuyos 10 parlamentarios le ofrecieron su respaldo para poder formar gobierno.

Los conservadores obtuvieron 318 asientos en el Parlamento, ocho menos de los que se necesitan para tener una mayoría absoluta. Los unionistas le aportarían 10 vitales escaños.

No bien se conocieron los resultados de las elecciones, el líder laborista, Jeremy Corbin, cuyo partido obtuvo el segundo lugar con 261 escaños, urgió a May a renunciar y dijo que los laboristas estaban «listos para servir» al país.

Pero la noticia de a coalición de los conservadores con los unionistas echó por tierra los planes de Corbyn, cuyo despeño electoral fue la gran sorpresa de los comicios.


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