La alerta terrorista en el país continúa en nivel «crítico», lo que implica que un ataque podría ser «inminente».

No se conocen más detalles del detenido ni su presunta relación con los hechos más que se trata de un hombre de 18 años y que fue apresado en el puerto de Dover, uno de los cruces fronterizos entre Reino Unido y Francia.

«La detención llevará a más actividades por parte de nuestros policías», dijo el viceasistente de la Policía Metropolitana, Neil Basu.

Una intensa búsqueda está en pleno desarrollo en el país para dar con la persona detrás de la bomba que fue colocada en el vagón el viernes en la mañana, y que dejó 30 heridos, pese a no haber explotado totalmente.

Previamente, la policía había indicado que se encuentra «persiguiendo a los sospechosos» y que hay cientos de agentes revisando minuciosamente grabaciones captadas por cámaras de circuito cerrado, tras el ataque perpetrado en uno de los trenes de la línea District, en el suroeste de la capital británica.

El ministro de la cartera de Seguridad, Ben Wallace, le dijo a la BBC que una «cacería» se había puesto en marcha para dar con el o los responsables de lo sucedido.

La organización extremista autodenominada Estado Islámico (EI) se atribuyó la autoría de la bomba que detonó a las 08:20 (hora local, 07:20 GMT) en la estación Parsons Green.

La estación que había permanecido cerrada tras el atentado, reabrió sus puertas el sábado en la mañana.

El comisionado asistente de la Policía Metropolitana de Londres, Mark Rowley, indicó que formaba parte de la «rutina» de EI reivindicar el ataque «independientemente de si ese grupo hubiese llegado o no un compromiso previo con las personas involucradas (en la ejecución)»

El funcionario le pidió a la población mantenerse «vigilante», pero dijo que «no debería estar alarmada».

El especialista de la BBC en Reino Unido, Danny Shaw, resaltó el hecho de que la policía haya usado la palabra «sospechosos» en sus declaraciones, pues apunta a que podrían estar buscando más de un atacante.

«La hipótesis de trabajo del Scotland Yard y MI5 (servicio de Inteligencia de Reino Unido) debe ser que no hay sólo una persona detrás de lo ocurrido y que hay otras personas que ayudaron o alentaron a esa persona a plantar el dispositivo», señaló el experto.

Vigilancia extra

Al anunciar el cambio en el nivel de amenaza que enfrenta el país, la primera ministra británica, Theresa May, señaló que el ejército le proporcionará apoyo a la policía y que ayudará a reemplazar a los agentes de guardia en sitios clave de la infraestructura nacional que no son accesibles al público.

El uso del ejército para asistir a la policía es parte de la primer fase de la Operation Temperer, un plan gubernamental para desplegar tropas que ayuden a la policía después de ataques terroristas, el cual fue activado por primera vez el 23 de mayo tras el ataque perpetrado a la salida de un concierto en la ciudad de Manchester.

May indicó que «el público verá más policías armados en el sistema de transporte y en nuestras calles para proveer protección extra».

«Este es un paso proporcional y prudente que ofrecerá extra seguridad y protección mientras la investigación prosigue».

Balde incendiado

El viernes, Rowley declaró que se trató de un dispositivo explosivo improvisado y que se habían abierto numerosas vías de investigación.

La BBC entiende que el dispositivo estaba conectado a un cronómetro para controlar su detonación.

Frank Gardner, periodista de la BBC especializado en temas de seguridad dijo que todo indica que el artefacto explosivo «estaba diseñado para matar y herir a un enorme número de personas».

Las imágenes captadas en el lugar mostraron un balde blanco incendiado que, después de inspección, tenía unos cables que sobresalían.

A pesar del incendio no hubo mayores daños al tren que es de modalidad articulada, o sea que los carros no están separados y de haberse dado una explosión o conflagración ésta no hubiera quedado contenida y se hubiera extendido mucho más.

Se informó que el dispositivo no detonó, como era la intención.

Varias personas resultaron con quemaduras faciales o con el pelo chamuscado y sus prendas incendiadas.

El quinto

Este es el quinto incidente catalogado como «ataque terrorista» en lo que va de 2017 en Reino Unido pero es el único este año en el que nadie ha perdido la vida.

En los otros anteriores, 36 personas murieron.

La policía estima que ha logrado detener otros seis importantes complots, sobre los cuales pronto se iniciarán juicios.

Se trata del período más largo de actividad «terrorista» sostenida en Inglaterra desde la campaña de bombas del Ejército Republicano Irlandés (IRA) a principios de los años 70.


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