El cantante estadounidense Al Jolson (1896 - 1950) usaba maquillaje "blackface" en los años 30 | Silver Screen Collection

Pintarse la cara de negro para disfrazarse de Aladino o del rey Baltasar podría parecer una broma inocente o una tradición inofensiva, pero puede interpretarse como un acto racista e insultante, sobre todo en Estados Unidos.

El escándalo que acaba de protagonizar el presidente de Canadá, Justin Trudeau, quien aparece en unas fotos y videos de hace años disfrazado de esa guisa en una fiesta de «Las mil y una noches» y en varias actuaciones es un ejemplo de la polémica que despierta esta tradición.

Este tipo de maquillaje se conoce como blackface (cara negra) o brownface (cara marrón) y normalmente se lo suele aplicar una persona de raza blanca para parecer negra.

«Oscurecer tu rostro sin importar el contexto o las circunstancias es siempre inaceptable por el historial del racismo vinculado a esta práctica», declaró este jueves el mandatario canadiense.

«Debería haberlo entendido entonces y nunca debería haberlo hecho».

Las imágenes de Trudeau han causado una gran polémica en Canadá | GLOBE AND MAIL, GLOBEL NEWS, TIME MAGAZINE

 

La práctica no es nueva.

De hecho, tiene unos 200 años y en varios países del mundo —algunos en Latinoamérica— todavía se sigue haciendo.

Sin embargo, son muchos los historiadores, activistas y políticos que se han pronunciado al respecto en varias ocasiones para criticar una costumbre que definen como un insulto racista.

¿De dónde viene el blackface?

Se cree que comenzó en Nueva York, Estados Unidos, hacia el año 1830.

Tanto en Estados Unidos como en Europa, el blackface servía para entretener a los blancos con espectáculos basados en estereotipos negativos sobre los negros y en burlas sobre sus expresiones, acentos y apariencia.

En «El monólogo cómico», 1900, el actor canadiense Billy Van se ve transformado por maquillaje blackface | STROBRIDGE & CO. LITH

Muchos actores y cómicos llevaban a cabo las representaciones sobre escenarios a los que los negros ni siquiera podían acceder.

Más adelante, a lo largo del siglo XX, se usó para representar a personas de raza negra en el cine, pues era raro que estas recibieran papeles protagónicos.

Es el caso del primer largometraje sonoro sincronizado de la historia, El cantante de jazz (1927), en el que el actor estadounidense de origen lituano Al Jolson hace de un judío que para poder interpretar canciones de jazz se pinta la cara de negro. Muchos consideraban a Jolson el «rey del blackface».

También se veía en televisión y en el teatro.

La BBC incluso tenía su propio programa —The Black and White Minstrel Show (El espectáculo de variedades en blanco y negro)— que emitió por más de 20 años, desde 1958 hasta 1978.

La BBC tenía un programa en el que los actores usaban blackface. Se emitió durante 20 años, hasta 1978

 

Era un show muy popular que tuvo 16 millones de espectadores en su mejor momento y que incluso ganó el prestigioso premio del Festival de la Rose d’Or de Montreux, Suiza, en 1961.

A medida que crecieron los movimientos para erradicar la discriminación racial y favorecer la lucha por los derechos humanos, el blackface fue perdiendo fuerza y comenzó a verse como algo vergonzoso.

¿Por qué es tan ofensivo?

El blackface es ofensivo porque impulsa estereotipos errados y se originó para que una mayoría blanca se mofara de un grupo minoritario que luchaba por recuperar sus derechos civiles tras siglos de esclavitud.

«El blackface es una tradición fundamentada en el racismo, que consiste en gran parte en el miedo a los negros y en reírse de ellos», le explicó a la BBC, Kehinde Andrews, profesor de Estudios Negros en la Universidad de Birmingham y fundador de la Organización de la Unidad Negra de Reino Unido.

«Es un problema que existe desde hace mucho tiempo (también) en Europa. Desde los tiempos de Shakespeare en adelante, puede verse esta figura de gente blanca ‘ennegrecida’. Es interpretada o como un demonio, un peligro o una forma de burlarse de la gente».

La actriz estadounidense Judy Garland (1922-1969) usó blackface» ara interpretar a Judy Bellaire en «Everybody sing», 1938 | SILVER SCREEN COLLECTION

Las representaciones blackfaces eran inexactas, hirientes y muy ofensivas, pero muchos blancos lo veían —y algunos aún lo ven— como una forma aceptable de entretenimiento.

«Todas estas representaciones en las que se hace burla de las personas negras y de su cuerpo buscan reforzar la ideología racista», declaró recientemente el historiador panafricanista español, de origen colombiano, Antumi Toasijé.

Hay quien dice que quienes lo practicaban no trataban de ofender o de ser racistas.

Sin embargo, sus críticos creen que no comprender la dimensión histórica de dolor y vergüenza vinculada al blackface no es una excusa.

«El uso del blackface es una práctica desactualizada que ya no se ve tanto estos días, lo cual demuestra que las actitudes públicas han avanzado desde hace entonces, y que las representaciones vulgares de personas negras deben considerarse inaceptables», le dijo a la BBC, Ben Holman, un activista de la organización británica Show Racism the Red Card.

Pero todavía se hace.

¿Dónde se practica hoy en día?

Pueden encontrarse varios ejemplos en Europa.

En Holanda, en diciembre de cada año San Nicolás visita a los niños acompañado de su sirviente Zwarte Piet (Pedro el Negro), un personaje con labios rojos, una peluca rizada y la cara pintada de negro.

Un comité de la ONU le pidió a los Países Bajos que se deshicieran del personaje, pero el gobierno holandés «desestimó» la solicitud.

La figura de Zwarte Piet (Pedro el Negro) en Holanda despierta controversia | AFP

En España hay una tradición similar que sigue vigente: es habitual que las personas blancas se pinten la piel de negro para desfilar como Baltasar en la cabalgata de Reyes Mayos, un desfile típico de carrozas en la noche del 5 de enero.

En 2014, la entonces alcaldesa de Madrid, Ana Botella, defendió esta costumbre tras recibir algunas críticas: «Si tuviéramos un concejal negro, no habría, desde luego, ningún inconveniente en que tuviéramos un rey negro».

Una foto de otro ex alcalde de la ciudad, Alfredo Ruiz Gallardón, disfrazado del rey Baltasar en 2006 fue muy polémica.

Esta imagen del ex alcalde de Madrid, Alfredo Ruiz Gallardón, disfrazado de rey Baltasar generó polémica | CARLOS DE ANDRES / GETTY IMAGES

También ocurre en la cabalgata de Reyes de Alcoy, Alicante, en el este de España, en la que desfilan els negrets (los negritos). Se celebra desde 1885 y es Bien Turístico Nacional.

En Bélgica ocurre lo mismo con los noriauds (los reyes negros). Además, durante el festival folclórico de Ducasse, en la ciudad de Ath, una fiesta de gigantes y dragones, un hombre se pinta la cara de negro todos los meses de agosto para representar al «Salvaje».

Han pedido varias veces, sin éxito, que se retire ese personaje.

El Salvaje es representado por un hombre con blackface durante un popular festival belga. Esta foto es de agosto de 2019 | KENZO TRIBOUILLARD / GETTY IMAGES
¿Y en América Latina?

Un personaje muy popular de la televisión peruana llamado El Negro Mama, interpretado por el actor Jorge Benavides con cara pintada y gruesos labios, fue denunciado por racismo por la organización no gubernamental Lundú y por otros grupos benéficos.

En 2013, el canal Frecuencia Latina recibió una multa de 26.000 dólares, pero lo sigue emitiendo.

Muchos en Perú consideran ofensivo al Negro Mama | YOUTUBE

En Latacunga, Ecuador, en septiembre se celebra la fiesta de la Mamá Negra (o fiesta de la Virgen de la Merced), en la que hay un hombre disfrazado de mujer con la cara pintada de negro. También ha recibido críticas por considerarse racista.

Durante el carnaval de Uruguay hay comparsas de negros y de «lubolos». Este término significa, según la RAE, «blancos pintados de negros». Es una tradición que tiene años, aunque ya no se practica de la misma forma que antes.

En Colombia la tradición del Son de Negro (o «los negritos») del carnaval de Barranquilla también tiene historia. Para pintarse la piel, mezclan polvo mineral con aceite de oliva. Antes la pintura se hacía con carbón molido.

Esta imagen es habitual en el carnaval de Barranquilla, en Colombia | JOAQUÍN SARMIENTO / GETTY IMAGES

 

En México hubo polémica recientemente en el programa televisivo La Parodia por una representación de Yalitza Aparicio, la actriz indígena protagonista de la película Roma, con el rostro pintado y una prótesis para agrandar su nariz.

Otros ejemplos recientes de blackface

En la comedia del director cubano de Tres viudas en un crucero, inaugurada en Miami, Estados Unidos, en enero de 2018, había un personaje blackface. Tras una denuncia en el Miami Herald, ese personaje fue modificado.

Y en febrero de 2019, la cantante Katy Perry eliminó dos artículos de su variedad de zapatos porque muchos se quejaron de que el diseño era racista por asemejarse a rostros blackfaces.

Ella dijo que «lamentaba» lo ocurrido y que nunca quiso causar dolor.

Estos zapatos de Katy Perry fueron eliminados de la colección por su parecido al blackface | KATY PERRI COLLECTION

 

Antes de eso, en diciembre de 2017, el futbolista francés del Barcelona, Antoine Griezmann, había sido criticado por disfrazarse de jugador de baloncesto usando esa técnica.

Al principio, defendió su decisión diciendo que era un tributo a los Trotamundos de Harlem , pero después eliminó la foto de Twitter y se disculpó.

En mayo de 2018, la supermodelo estadounidense, Gigi Hadid, pidió perdón por una portada en la que usaba maquillaje muy oscuro que algunos consideraban que se asemejaba al blackface.

La revista, Vogue Italia, respondió a las críticas: «Comprendemos que el resultado ha generado cierto debate entre nuestros lectores y nos disculpamos sinceramente si hemos podido ofender».


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