reciclable
La asociación juvenil Protect Paradise realiza labores de reciclaje en las playas del estado Vargas para contribuir con un ambiente sostenible en Venezuela | Foto: EFE

Una botella de plástico yace en la arena de la playa donde desemboca el último aliento de las olas del Mar Caribe, en el estado Vargas. Un metro más allá, un frasco de desodorante, una tapa de algún envase.

Todo parece el vómito de unas aguas llenas de basura, como si se tratara de un vertedero

Aunque fueron distintos los caminos que siguieron todos esos desechos, la realidad es una sola, están allí. O estaban, porque un grupo de voluntarios, todos muy jóvenes, los retiró del lugar junto a otras 6 toneladas de residuos reciclables que ahora serán transformados.

Se trata de Protect Paradise (Proteger el paraíso), la iniciativa reciente de un grupo de estudiantes universitarios. Ellos buscan limpiar los más de 2.000 kilómetros de costa que tiene Venezuela. Su intención es «ser parte de la solución» del «problema» ambiental, un tema casi banal en este país que atraviesa una severa crisis económica.

«Empecemos a utilizar en nuestra narrativa diaria la importancia de la naturaleza», dice una estudiante que participa en Project Paradise /EFE
Pese a las adversidades

Convencida de la importancia de esta tarea, la joven Lustay Franco dijo a Efe que la emergencia climática tiene que convertirse en una prioridad en Venezuela, país petrolero que tiene una de las mayores biodiversidades del mundo y muy pocos recursos destinados para su preservación.

«Empecemos a utilizar en nuestra narrativa diaria la importancia de la naturaleza. Hay un montón de cosas que hay que comenzar a hablar», dice la estudiante que en julio participó en la primera recolección de desechos en las playas de Falcón (noroeste), en la que acumularon 12 toneladas de residuos.

Ahora, gracias a las redes sociales, el número de voluntarios registrados creció en cuestión de semanas y los planes comienzan a multiplicarse con aliados en varias partes de Venezuela.

Jornadas

Javier Colmenares, de 20 años de edad, es uno de esos entusiastas que buscó una camisa negra, viajó 60 kilómetros en autobús, se puso bloqueador para burlar los 31 grados centígrados y, saco en mano, recorrió la llamada playa Pelúa en búsqueda de residuos reciclables.

«Lo que más hemos encontrado es plástico, envases de desodorantes, champú y chancletas», cuenta el estudiante tras dos horas de faena.

La abundancia de desperdicios en el lugar, dice, «duele mucho». Por ello espera que los ciudadanos, especialmente los bañistas que disfrutan de estas playas aparentemente limpias, dejen de contaminar.

Project Paradise realiza en sus jornadas conversaciones con los ciudadanos para explicarles la importancia de proteger el ambiente / EFE

Para ello, «Protect Paradise» incluye en sus jornadas conversaciones con los ciudadanos que persiguen concientizarlos sobre la problemática. Tratan temas relacionados con la importancia de recoger los desechos y, siendo ambiciosos, de que cada uno separe sus residuos y se apunte al reciclaje.

El apostolado del reciclaje

Con un apostolado ecologista en un país que no prioriza estos temas, nació hace tres años Multirecicla. Es una empresa que ofrece un servicio gratuito de recolección de residuos reciclables en los cinco municipios de Caracas. Luego, estos son clasificados, rotos y compactados, con miras a un nuevo uso.

Lo que más han encontrado en las playas son plástico, envases de desodorantes, champú y chancletas / EFE

«La meta es que yo garantice que el residuo recuperado que el ciudadano coloca en nuestros contenedores se transforme y haga el cierre de la economía circular (…). El fin es que no contamine y se transforme en un nuevo producto como materia prima», explica a Efe Édgar Grossman, presidente de la compañía que es pionera en el país.

El empresario, de 52 años de edad, dirige un centro de reciclaje, cercano a Caracas. Allí diariamente entra una decena de camiones que vacía plástico, vidrio, cartón, papel y aluminio. Luego el material es sometido al proceso de transformación en materia prima.

Cada quien aporta su granito de arena

Multirecicla todavía no genera rentabilidad, según Grossman, quien insiste en la necesidad de educar a los ciudadanos para que separen sus desechos y formen parte del ciclo de utilización y reutilización de materiales como el vidrio, el papel o el plástico.

Hasta ahora, la compañía recoge gratuitamente la basura de bares, colegios y urbanizaciones que ya empezaron a clasificar sus desperdicios en Caracas. También prevé extenderse por las otras 23 entidades federales del país.

«Duele mucho» la abundancia de desperdicios en las playas, lamenta un participante de 20 años de edad / EFE

Mientras tanto, Multirecicla afianza su vínculo con Protect Paradise «para poder tener a voluntarios comprometidos con la limpieza de las playas». Se mantienen en la búsqueda de más entusiastas que tengan la sangre ambiental necesaria para atender estos asuntos.

La idea de todo esto, según sus propios protagonistas, es pensar en las generaciones que no han nacido y levantar un «muro de contención» ante un desastre que consideran inminente en medio de la emergencia climática mundial.


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