Mutilación femenina
Foto EFE

Una de cada cuatro víctimas de mutilación genital femenina ha sufrido esta práctica a manos de personal sanitario. Esto según datos de Unicef, que denuncia que es cada vez más habitual que sean profesionales quienes realicen esta violación de los derechos de niñas y mujeres.

«La mutilación realizada por un médico sigue siendo mutilación. Los profesionales de la salud que realizan la mutilación genital femenina violan los derechos fundamentales, la integridad física y la salud de las niñas», señaló en un comunicado Henrietta Fore, la directora ejecutiva de la agencia de la ONU para la infancia.

Según los datos de Unicef, en el mundo hay actualmente 200 millones de niñas y mujeres que han sufrido esta práctica; y, de ellas, unos 52 millones a manos de personal sanitario, aproximadamente 25 %.

Esa proporción es dos veces mayor entre las adolescentes (34 % en el caso de las víctimas de 15 a 19 años) que entre las mujeres de 45 a 49 años (16 %), según un análisis publicado con motivo del Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina.

Según Unicef, la tendencia a que cada vez más sean profesionales los que practiquen la ablación deriva de la «creencia errónea» de que sus riesgos «se deben a la ausencia de procedimientos médicos; en lugar de atribuirla a una violación fundamental de los derechos de las niñas».

La agencia de la ONU subraya que medicalizar la práctica no termina con el peligro que representa para las mujeres, ya que esta elimina y daña el tejido sano y normal e interfiere con las funciones naturales del cuerpo de la niña.

Según el estudio, la mutilación a cargo de profesionales de la salud es extremadamente común en lugares como Egipto. Esto a pesar de que el país prohibió la práctica en 2008.

Mientras, según Unicef, cada vez más mujeres -sobre todo las más jóvenes- se oponen a la mutilación genital femenina en los países donde sigue usándose.

«La mutilación genital femenina está enraizada en las desigualdades de género. El primer paso para ponerle fin es cambiar la mentalidad de las personas», señaló en ese sentido Fore.

«Estamos progresando. Las actitudes están cambiando. Los comportamientos están cambiando. Y, en general, hay menos casos», destacó.

Pese a ello, Unicef recuerda que hasta 68 millones de niñas están en riesgo de sufrirla de aquí a 2030.


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