A la hora de hacerse con un coche nuevo, es inevitable pensar en los costes que van a suponer sus averías. Cada vez los vehículos están mejor equipados y por ello se reducen al mínimo los imprevistos por avería en cualquier parte, aunque también es cierto que ciertas zonas del vehículo son más complejas de reparar que otras. Hoy vamos a tratar las averías más complicadas, y si se requiere más información se puede visitar el sitio ofrecido.

El parque de automóviles en España es uno de los que más edad tienen en todo el mercado europeo. Los conductores españoles cuentan con vehículos cuya edad supera los 10 años, y este es uno de los requerimientos que se hace siempre desde el sector a las administraciones y el gobierno: la facilitación de ayudas para rejuvenecer el parque de automóviles.

Si tenemos en cuenta que cuanto más viejo es el coche, más probabilidades tiene de sufrir un percance de avería o accidente, la necesidad de rejuvenecer este sector se hace apremiante. Por ello hoy vamos a hablar de las averías más complejas, esas que se suelen dar en ciertas circunstancias y que suelen derivar en altos costes, pues se requiere mucho tiempo y mano de obra para repararlas.

La correa de distribución es la principal avería compleja

No son pocas las veces que se escucha que se rompe la cadena de distribución. Esta parte del vehículo sirve para conectar el motor con los engranajes, por lo que realiza una tarea fundamental en el vehículo. Así, al ser una correa y no ser lo bastante resistente tras pasar los años, se acaba por romper y la reparación es complicada y, sobre todo, costosa..

Por fortuna, los coches ya no incorporan esta correa de distribución bajo el capó. Ahora se implantan cadenas de distribución, que recuerdan a las que llevan las bicicletas y motocicletas para trasladar el movimiento. Estas, al ser de un material más resistente, aguantan más en el tiempo y tienen más dificultad para romperse.

Pero de nuevo entra aquí el tema de la antigüedad del parque del automóvil en España, pues al ser los coches de los conductores españoles demasiado viejos, siguen contando con correa de distribución. Así pues se ven obligados a cambiarla cada ciertos años o kilómetros, algo que es bastante caro. Mientras tanto, las cadenas de distribución solo se cambian cada 200 mil kilómetros y a modo de precaución, ya que es posible que durante toda la vida del vehículo no haya que cambiar la cadena ni una sola vez.

La caja de cambios junto al embrague resulta en una reparación complicada y costosa

Cuando la caja de cambios está rota o tiene algún fallo se nota. Las marchas no entran bien ni con el embrague pisado hasta el fondo, tiene un cierto “carraspeo”, un ruido irritante al poner cada velocidad e incluso algunos conductores afirman que el embrague “patina”. Esto se debe a que tal pedal está demasiado desgastado e incurre en una falta de fricción, lo que provoca que toda la caja de cambios haya de ser sustituida.

Esta es sin duda una de las averías más graves que pueden suceder en el vehículo, pues requiere una sustitución total de la caja de cambios. El coste asciende a precios desorbitados en ocasiones, a no ser que se cuente con mecánicos de confianza que puedan hacerlo por un precio más bajo.

La dirección del vehículo es clave tanto en conducción como en confort

Si el volante del coche proporciona una rigidez inadecuada, puede que estemos ante un grave problema. Lo malo, además, es que a una dirección demasiado ruda no le solemos dar la importancia que precisa, pues puede querer decir que el paralelo del coche se está averiando y, de no arreglarlo, puede suponer un peligro la sola puesta en marcha del vehículo.

Además que la dirección del coche aporte el mejor funcionamiento es un tema clave para disfrutar del confort en el coche. Tener que hacer mucha fuerza para girar el volante no es algo de recibo para cualquier conductor, pues cuanto más suave esté la dirección, mayor placer se puede sentir al conducir.

Las partes internas del motor son las más difíciles de reparar

Pero si hay una zona del vehículo donde es más complejo realizar una reparación, es el motor. Esta parte funciona como el corazón del vehículo, la que consigue realmente que el coche se pueda mover en cualquier circunstancia e imprime fuerza si es necesario.

Si se estropea alguno de sus elementos internos, la tarea de reparación puede ser costosa tanto en esfuerzo como en precio, teniendo en cuenta que puedan ser piezas complejas de encontrar y la mano de obra empleada.

Cualquier avería en el motor del vehículo debe ser tratada solo y exclusivamente por profesionales de mecánica, pues de otra forma puede ser peor el remedio que la enfermedad.


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